miércoles, 26 de agosto de 2009

Mis noches de verano

Notas como ahora las noches refrescan mas, la brisa nocturna de las noches de este verano se presentan mas frías, pareciera que cierto aire polar se cuela hasta estas tierras colándose por las hendiduras que quedan de los entretejidos montañosos que bordean este y oeste de esta tierra y que por el norte parecieran desdoblarse tranquilos por la meseta silenciosa llevándose las lluvias que este verano se olvidaron de caer, dejando por las noches un remanso de frescura y resequedad.

Lo he notado en mi, en mi piel para ser preciso, se nota en como el sudor que antes refrescaba los cuerpos tendidos sobre las sabanas y regulaba la temperatura de las extremidades y torsos húmedos y calientes ahora estremece a la mínima provocación de alguna brisa nocturna y nos obliga permanecer ahí juntos y abrazados reusándonos necios a perder el calor acumulado en horas pasadas. Pero al final siempre terminamos templándonos y terminamos también por aceptar -no sin haber dado batalla- el final de una noche y la impaciente espera de la próxima.

Mi verano esta en breve espera de acabar, la brisa nocturna lo anuncia en cada resoplido lleno de frescor, lo notarás en como el pavimento enfría mas rápido después del duro bombardeo solar del medio día y en como la tierra respira profunda y aliviada el fresco aire nocturno después del sofocante calor del día.

Mis noches de verano están por terminar y a estas le seguirán las noches frías de otras latitudes, otro cuerpos, otros sudores, otro tipo de humedad, otros torsos y otras extremidades.

Seguiré estremeciéndome con las brisas nocturnas que se colarán por no se donde, seguiré oponiéndome al natural paso de las noches pero se que terminaré aceptando el final de éstas y muchas más, mi cuerpo se templará una vez más y la espera por las siguientes noches seguirá siendo interminable, amarga como hiel pero dulce hasta el delirio............

domingo, 16 de agosto de 2009

Uno para delante y dos para trás


No debí de haberla llevado ahí, el lugar para empezar estaba abarrotado además pareciera que una bruma de tristeza flotaba por el suelo del lugar y daba un olor a agonía mezclada con estiércol, creo que el único en notarlo fui yo, y ella claro, lo noté en su mirada que decía "que hacemos aquí", como dije no debí de haberla llevado ahí aunque los demás parecieran disfrutarlo, más los niños, que pasaban por alto el como los animales se encontraban agazapados en sus pequeñísimas jaulas, el como al halcón le faltaba una garra, como un caballo tenia uno de sus ojos opaco, como cubierto con una fina película blanquecina y que típicamente son saltones y brillosos.

Al salir, de los angostos corredores recubiertos de papel estraza pegado con cinta canela en un mal logrado intento de imitar rocas formando una gruta, seguimos recorriendo los demás lugares de “atracción” en silencio, creo que en realidad nunca hablamos.

A pesar del mal comienzo seguimos saliendo aunque ahora ignoré las recomendaciones de salidas e hice confianza en mis pobres instintos. Y relativamente funcionó, ella con el tiempo pareció mas entusiasta y yo, yo también en cierto punto, es decir, las bromas eran correspondidas y las caricias también pero para salvaguardar una de mis pocas virtudes debo de admitir que permanecía dubitativo ante la posibilidad de abrirme y sacrificar mi individualidad.

Nunca hablamos al respecto, como dije creo que en realidad nunca hablamos en serio, acaso divagamos sobre muchas cosas, música, libros, cosas, pero nunca en lo sustancial, en esas cosas que parecen insignificantes pero que hablar sobre estas implica una intimidad mutua; complicidad de cama.

Nunca tuvimos una canción, una de esas que al empezar la tonada los dos tarareáramos al unísono, de esas cosas que al hacerlas sabes de inmediato que hay un vínculo, un lazo que implica una suerte de reglas no escritas por las que nos dejamos guiar.
Diría que evadimos el asunto pero lo que fue cierto es que yo lo evadí, ella intento, ella dio ese paso para acercarse a mi y yo solo retrocedí, diría también que fui yo, que mis dudas y mis convicciones me obligaban a alejarme o que simplemente fui un patán y me aproveche de su inocencia, pero estaría mintiendo, en realidad ella no quería intentarlo, solo se dejaba llevar por lo que lo ordinario, lo normal dictaban, quería dar ese paso por que era lo que comúnmente seguía.

Después de esa charla “no charla”, porque como dije en realidad nunca hablamos de verdad, no la volví a ver, se sintió herida y se alejo, yo me sentí querido y me aleje.

Sentirse querido y no querer serlo. Definitivamente se sufre porque así se quiere. Ahora sin querer me quieren y sin querer me ha gustado, mis habilidades evasivas parecieran haber mejorado astronómicamente, ahora que dan un paso hacia mi y yo retrocedo miles de kilómetros………….

domingo, 26 de julio de 2009

Nueva canción de Thom Yorke

Una muestras más del genio lírico detrás de Radiohead, esta canción fue estrenada en el festival Latitude 2009, posiblemente se incluira en la siguiente entrega de radiohead.

Armonicamente sencilla pero con una melodía llena de melancolía que te enchina la piel.

Juzguen por ustedes mismos:



Y aqui la letra:

This dance, this dance
Is like a weapon, like a weapon
Of self defense, of self defense
Against the present, against the present
"Present Tense"

I won't get heavy, don't get heavy
Keep it light and, keep it moving
I am doing, no harm

As my world comes crashing down
I am dancing, freaking out
Deaf, dumb, and blind

In you I'm lost, in you I'm lost

I won't turn round while the penny drops
I won't stop now, I won't slack off
Or all this love will be in vain,
Stop from falling down a mine
It's no ones business but mine
Or all this love will be in vain


In you I'm lost, in you I'm lost

miércoles, 22 de julio de 2009

Damn Julio


No es que tenga un compromiso con mis lectores (si acaso son dos o tres)o que tenga una inquietud profesional que me obligue a escribir constantemente pero generálmente las ideas rondan por mi cabeza y escribir es una forma de darle salida a ellas. Últimamente siento estar en una especie de bloqueo, a falta de tiempo y por tener mi mente ocupada en otras cosas.

En algún blog leí que un ejercicio para romper con el bloqueo creativo es pensar en el primer recuerdo que tengas, de esos de la primera infancia y escribir sobre ello, así que me di a la tarea de escudriñar en el mar de recuerdo difusos que es mi cerebro. Pero no pude dar con algún recuerdo lo suficientemente temprano y lo suficientemente solido como para escribir sobre el, lo que si me vino a mi mente fueron dos recuerdos, lo suficientemente solidos y hasta algo traumáticos.

Julio 2007

Dulce néctar que corre por mi garganta,
miel que empapa el paladar de euforia y confusión
trago tras trago, carcajada carcajada
felicidad efímera, aparente bien estar

Más dulce aún en último trago, más confuso el pensar
fusión de palabras en oraciones sin sentido,
oraciones punzantes que dejan heridas,
heridas sobre la piel barnizada de sentimientos

A flor de piel, las sensaciones se maximizan
el calor sube y la razón desaparece
como raptada por los demonios
que ya han tomado el control

Quemado por dentro las cenizas brotan de mi aliento
respiro el vaho que exhala noche.
Embriagado de penumbras corro a lo desconocido
en ruta de colisión

Vi mi suerte reflejada en el espejo de asfalto,
agua y aceite y su paleta de colores
las esquirlas de la noche en rojo y azul
bajo reflectores me tiendo inmóvil.

Julio 2008

Trataba de pensar en una infinidad de cosas, cualquiera que fuera lo suficientemente interesante, todo con tal de distraer mi pensar de aquella constante y en aumento sensasion de naúseas. Dios!! ya era lunes. Como si no fuera suficiente el tener que trabajar después de un cansado fín de semana tenía que, además, soportar esta molesta sensación de nausea permanente.

Se trata de un ejercicio mental agotador. Mientras tu cuerpo se arquea cuando la sensacion de volver el estomago llega -es algo que viene en oleadas; periodos corts (cortísimos) de calma y despues el arqueo otra vez- uno trata de pensar en otras cosas por lo general agradables que te hagan librar aunque sea por esa vez el vomitarte encima.

La vista en el trayecto hacia mi trabajo ayudaba en algo, sabía que al bajar del camión las cosas irian mejorando -por alguna razón el caminar siempre me ayuda en mis crisis-. Leyendo los anuncios de los locales comerciales cerrados intentaba engañar a mi cuerpo pero de repente otra arqueada y después respirar profundo y un bostezo, por alguna razón los bostezos ayudan asi que los finjo para sentir un poco de comfort.

Ese fín de semana aunque cansado no había sido algo especial, algo fuera de lo normal, ninguna fiesta monumental ni nada por el estilo, pero debo de reconocer en pós de no entrar en el terreno de las justificaciones, que esos últimos meses habían sido de fiesta en serio, graduaciones, cumpleaños, etc. Supongo que la fiesta acumulada estaba haciendo mella en mi organismo.

Cuando pensaba que ahí la llevaba: lo inédito, un extraño adormecimiento se apodero de mi espalda. Y que se viene la ansiedad, ningún tipo de pensamiento por mas capaz de abstraerme fue suficiente para ignorar el hecho de que mi espalda se encontraba dormida y que mis manos empezaban también a hormiguear.

Ya presa del pánico a los brazos le siguieron las piernas y después el resto, ya para ese entonces yacía en el concreto de una de las zonas más transitadas de San Luís la gente se amontonó a mi alrededor y un tránsito que me ayudaba.

Vaya imagen, el pánico me puede hacer trizas, sino, imaginen estar tendido ahi sin poder mover las piernas, los brazos engarrotados y torcidos, la quijada torcida y una respiración cada vez mas entrecortada, si esto es poco ahora imaginen al oficial de tránsito pidiendo ayuda por la radio diciendo: de prise que este no nos aguanta mucho",terror absoluto sin duda. Y de repente luces rojas y azules otra vez, al fin.


Asi que estamos en julio otra vez, pero aun no he visto luces rojas y azules afortunadamente, supongo que no hay nada de que precuparm, hoy más que nunca tengo el control (en lo razonable) además que el común denominador de estas dos experiencias pasadas ya no esta presente, faltan pocos días para agosto y todo parece indicar que la tercera es la vencida.

Sorry por los errores ortográficos, me dió hueva corregirlos

lunes, 29 de junio de 2009

Pueblo quieto



Inspirado y contextualizado en ese pueblo punta de lanza para fundación de mi ciudad: Cerro de San Pedro

Ramón solo recuerda aquellos tiempos de bonanza, aquel resplandor del pueblo por los relatos que le contaba su abuelo, recuerda como había empleo y el pueblo crecía a un ritmo veloz, el como la plaza se llenaba los domingos por las tardes y que era cuando las jovencitas, las hijas de los mineros provenientes de otros pueblos salían a “dar la vuelta”, no lo hacían con mucho entusiasmo, el pueblo estaba en ciernes no había mucho que hacer, apenas y había unos pocos puestitos donde comprar algo para merendar, y aunque había muchos jóvenes casi todos ellos pasaban la mayor parte del tiempo en la mina.

Lo que si había eran cantinas y pulquerías; donde hubiera un montón de hombres de aspecto rudo trabajando mas de 10 horas al día había también algún establecimiento dedicado a abastecer de líquido a tanto trabajador sediento. Y con el montón de hombres ebrios venían los problemas: los pleitos eran comunes y el ver hombres ebrios tirados por la calle era el pan de cada día. No pareciera ser un lugar donde vivir con la familia pero el empleo escaseaba en otros lados y ahí los tiempos parecían buenos para ganar algo de dinero.

Estuvo el pueblo repleto de trabajadores nómadas que iban de pueblo en pueblo buscando mejores condiciones, había algunos que duraban en cada lugar unos 2 o 3 años y enseguida se movían, acostumbrados a la movilidad no se empeñaban en tener lazos con las demás personas, incluso en sus casas había cierto ambiente de austeridad, con solo lo necesario, nada que tuviera algún rastro de nostalgia, todo liviano, fácil de mover, nada lo suficientemente arraigado de donde asirse para echar raíz.

El trabajo en la mina fue prometedor aunque no por mucho tiempo, después de unos cuantos años la veta se agoto o por lo menos quedó inaccesible para los rudimentarios métodos de aquellos días, el pueblo quedo desierto con una rapidez impresionante -en este lugar el agua escaseaba, el clima era muy árido y lo único atractivo que tenía era el trabajo que daba la mina, al acabarse éste se acabaron también las actividades adyacentes-. Solo quedaron los anuncios colgados por arriba de las puertas.

Las calles ahora limpias de borrachos dormidos en las calles, de los ríos de orines que recorrían las callejuelas del pueblo por las noche, limpias también de negocios prometedores, de niños en escuelas y misas de domingo abarrotadas.

Sólo se quedaron los que habían estado ahí desde siempre, la falta de empleo no los asustaba, estaban acostumbrados a vérselas difícil, al acabar la abundancia, rápidamente se adaptaron a la austeridad de los tiempos pasados, a la escuela de 10 niños y un maestro, a las misas vacías, incluso al párroco le volvió la tristeza a su semblante se diría que hasta los santos guardianes del templo perdieron el brillo de aquellos días.

El abuelo de Ramón fue uno de ellos, se quedo estoico ante las circunstancias, viendo como su pueblo antes pobre después próspero y ahora de nuevo desolado, poco a poco cedía a la voluntad del viento y el polvo, de la soledad y el abandono.

Así como su abuelo el padre de ramón fue de raíces mas fuertes que la necesidad y se quedó ahí también en su pueblo quieto, incluso ya de muerto el abuelo cuando no pareciera tener sentido alguno permanecer ahí (si es que alguna vez lo tuvo) él prefirió quedarse ahí en su tierra, que si bien siempre le fue ingrata, era su tierra y ahí creía que debía morir.

Ramón también se quedaría, no por algún sentimiento de arraigo hacia ese lugar, mas bien lo hizo por indiferencia, la misma indiferencia que lo había acompañado durante toda su vida. Su tierra infértil que desde siempre le había dado la espalda, su pueblo que lo abandonó desde hace mucho, su gobierno que desde siempre lo ignoró estando su pueblo a la sombra de la vecina capital.

Sin convicciones mas que la de vivir al día, comer algo y tener para beber mucho, mucho licor; no bebía para olvidar, sus recuerdos se fundían en uno solo; monótono y bicolor como en blanco y negro, como una fotografía de esas antiguas como cubiertas por una fina tela de polvo, de esas que por si mismas evocan aires antiguos y emanan nostalgia.

Ramón trabajaba con su padre de jornalero en el pueblo cercano de “Las puertas” a unos 5 kilómetros de su pueblo, todos los días se levantaba temprano con resaca o sin ella y caminaba todo el trayecto hasta las parcelas de esa tierra fértil, tierra blanda fácil de arar.

El padre de ramón se la pasaba hablando sobre como seria su pueblo si hubiera este tipo de tierra en vez de la tierra dura llena de piedras del pueblo, Ramón hacía oídos sordos porque ya se sabía de memoria la perorata de su padre, pero de vez en vez le contestaba argumentando que de nada serviría esta tierra si no llueve o si no hay como mínimo forma de irrigarla, a lo cual el padre solo hacía una mueca de disgusto y levantaba la vista al cielo como si la cantaleta de todos los días fuera una oracion y pidiera el favor divino.

Así transcurrían los días, del pueblo a las jornadas, de las jornadas a la cantina y de la cantina al pueblo mientras había trabajo en el campo, los demás meses del año cazaban armadillos para venderlos, igual que con las serpientes solo que a estas las mataban para vender su piel y comer su carne, no ganaban mucho estos eran los tiempos flacos.

Un buen día (o malo) de repente el pueblo se vio en ebullición otra vez, pero esta vez no eran comerciantes los que rompían el silencio anunciando sus productos, ni ruido de borrachos peleando en la calle o perros ladrándole a la muchedumbre, tampoco las campanas de la iglesia repicaban de nuevo, ahora lo que alteraba la quietud del pueblo era una multitud de jóvenes de pinta estudiantil marchando hacia la plaza.

Ramón vio las mantas que llevaban estos jóvenes, pero no entendía las consignas llenas de exigencias sobre protecciones y salvaciones para su pueblo; en un principio porque no estaba enterado de las noticias, al enterarse vino su más fuerte duda: ¿Por qué parecía importarles tanto el bienestar de su antiquísimo y olvidado pueblo?, ¿por qué ahora y no antes?, tanto tiempo de olvido y marginación y hasta ahora había alguien dispuesto a ayudarlos, le extrañaba y más siendo que nadie había pedido su ayuda.

Ramón supuso que esto le vendría bien al pueblo, que si bien las consignas en contra de una minera transnacional que al parecer sus intenciones de explotar el mineral supondrían un eminente riesgo hacia el pueblo además de contaminar a través de las filtraciones del agua los mantos subterráneos que alimentan a la capital de agua, al final de cuentas habría cierta atención hacia las carencias del poblado, no es que le importara tanto, no es que limosneara ayuda, solo que no podía ignorarlo; todo pasaba en sus propias narices, era lógico hacerse esas preguntas, incluso llegó a pensar a ofrecer esas pieles de serpiente que vendía en aquellos tiempos flacos.

Se pregunto después: ¿Qué de malo tenía que llegara esa compañía minera? que ahora que se ha enterado que esa compañía invertiría en construir caminos e infraestructura de utilidad para todo el poblado pues no le parecía tan mala idea, que tal vez hasta un empleo le podrían dar, el conocía bien el terreno y sería de utilidad, incluso se aventuro a imaginar que en un caso su madre podría cocinar para los trabajadores que ahí estuvieran.

No pasaba mucho tiempo pensando en esas cosas, mientras tuviera trabajo en las jornadas no le importaba mucho, que si bien si guardaba cierto recelo de estos “manifestantes protectores de la tierra y patrimonios culturales” solo lo veía como una oportunidad en caso de que se vinieran tiempos difíciles.

Serían acaso premonitorios los pensamientos de Ramón que al paso del tiempo dejó de trabajar en las jornadas, bueno no solo el, sino todos sus compañeros incluido su padre, la cosa se puso mal, querían linchar al capataz, pobre aunque no paso a mayores si le dejaron uno que otro moretón en eso del forcejeo. Poco después se entero por rumores en el pueblo de Las puertas que su patrón vendió las tierras a la multinacional, que ahí construirían algo como un almacén para maquinarias y demás cosas que utilizaran.

Y así se vinieron los tiempos difíciles, Ramón tranquilizaba a su padre en sus momentos de desesperación -mira ya como construyeron el puente, verás como nos dan chamba o en todo caso hasta un negocito ponemos, con tanto trabajador: clientela segura verás- el señor se tranquilizaba un poco, y aun con cierta desesperanza decía:

-Pus nada más que los dejen trabajar todos esos manifestantes-,

-vas a ver que pronto se van ese hijos de su puta madre, que mejor deberían de ponerse a trabajar cabrones huevones.

En Ramón ya no había recelo hacia los manifestantes ya había un profundo resentimiento, y más después de aquel día en que sin mas por hacer y ya casi sin dinero que Ramón fue ofreciendo sus pieles de serpientes a los manifestantes.

Pinche inconsciente fue lo menos soez que le gritaron entre todo ese mar de insultos, se escuchó algún patán, muchos chingas a tu madre, varios pendejos.

Pinches fresitas putos -dijo Ramón a su padre al contar lo sucedido- que ya los quería ver a los cabrones viviendo aquí todos los días a ver si muy chingones, que se fueran a la chingada a sus casas elegantes que aquí nadie los había llamado.

El dinero nunca fue mucho y la espera se había alargado, si bien los manifestantes no se habían ido, la minera tampoco les había contestado sus solicitudes de trabajo, que vamos hasta siendo empleados de limpieza se daban por satisfechos, ya estaban pensando que no los contratarían si bien la esperanza muere al último, los ruidos de maquinas en las noches les confirmaban que estaban trabajando la mina aún con las protestas todavía en marcha.

Sus sospechas fueron confirmadas al poco tiempo, por un lado al enterarse que aquellas tierras donde antes trabajaban no fueron destinadas solo a un almacén sino también en condominios para albergar a lo trabajadores de la mina, además que se dieron cuenta que ese puente no les era de mínima utilidad, ellos no tenía carro, de ¿que les servía un bonito puente de concreto?, simplemente no fue hecho para ellos.

El dinero se casi se acababa, solo quedaba el suficiente para hacer lo que todos ya habían hecho y que ellos en su necedad no lo hicieron, siguieron así el camino que los demás ya habían tomado, se fueron por la sendera que conduce al norte, había que ir ligero, se dejaron mesas y muebles que parecieron haber sido clavados al suelo para quedarse ahí por siempre.

Al irse del pueblo pasaron por donde los manifestantes quienes aventaban huevos a una camioneta con la calca de la minera sólo algunos vieron la retirada. El padre de Ramón pasó de largo, cabizbajo arrastrando el paso como queriendo llamar la atención, como culpándolos, recerca lo seguía su mujer. Ramón siguió varios metros detrás de sus viejos, callado avanzando lento y dirigiendo miradas de fuego y dibujando con la boca un chinguen a su madre a los manifestantes indiferentes a la huída de Ramón.

Y así se fueron lentamente caminando, volteando de vez en vez como esperando que aquel pueblo suyo, al ver partir a sus hijos, les convenciera de quedarse a cambio de resarcir todo los inconvenientes, de disculparse por toda la indiferencia mostrada a aquellos que lo quisieron tanto. Pero aquel laberinto de calles empedradas y edificios de piedra permanecería inmóvil quieto, estoico ante la partida de su gente, de su alma diría yo, que es un pueblo sin gente sino un pueblo sin alma, por que al final del día cuando los demás regresen a sus casas elegantes el viento junto con la tierra se encargaran de llevarse los vestigios de ese desalmado pueblo.

sábado, 27 de junio de 2009

Y bailó


Hace muchos años cuando era niño, no recuerdo muy bien donde ni como, pero recuerdo que estaba yo escuchando una canción de los beatles -bueno en realidad no sabía que era de los beatles eso lo supe después- en fin la mentada canción me gusto de una manera no conocida para mi en ese entonces, en algún estribillo de la canción recuerdo que la piel se me puso chinita, que sentí una conexión inmediata -claro en ese entonces no tenía consciencia de eso hasta ahora- fue como si algo de ellos me perteneciera.

Y creo que algo en ellos me pertenece y no solo a mi ni solo a la generación de ellos, son tan universales que hay algo de ellos en todos nosotros, tal vez fue por eso que en el momento que oí decir algo a mi padre sobre su separación y sobre su imposible reunión por el asesinato de John Lennon que sentí algo que no había sentido nunca: zozobra y nostalgia. Creo que esto me hizo ser la persona que soy, la nostalgia y la zozobra son sentimientos que me acompañan constantemente.

No había sentido algo parecido hasta el jueves pasado, día en el que murió el célebre Michael Jackson, en un principio fue desconcertante este sentimiento, no creía sentir alguna empatía particular hacia el ni como vivo ni como muerto, si bien algunas canciones me gustaban, no era tanto como para que me afectara.

Fue hasta después que comprendí el por qué, me afecta en parte porque pertenezco a una generación carente de íconos tan fuertes como Michael Jackson, que los hemos tomado prestados de otras generaciones y además que en mi y en todos así como pasa con los beatles había algo de él. Otra vez esa universalidad, no concibo la música actual sin la influencia musical,del baile, mediática y de escandalo de este personaje que no tuvo infancia, enfermo en cuerpo y mente, que vivió la vida tormentosa de un genio y que tuvo como única salida de la realidad vivir de una manera enfermiza la infancia que nunca tuvo.

Que viva el rey...... del pop

Y descanse en paz si es que puede...

Ya bailó!!

lunes, 15 de junio de 2009

Carta a mi amigo el Charro


Siempre me has dicho que odias los estereotipos, que solo sirven para crear prejuicios, que los estereotipos predisponen a las personas a aceptar o rechazar, a hacer o no hacer. Lo que no me has dicho es que tu vives en uno, lógico, es decir, comprendo que no quieras caer en una contradicción, y se que no lo elegiste, que no es una moda pasajera, se que desde siempre solo has conocido esa forma de ser. Creciste así, con las tradiciones bien arraigadas, con lo charro en la sangre.

También te he visto en la escuela, de jeans y tenis, con tus libros bajo el brazo, cambiando tu sombrero por tu gorra, y haciendo lazos con las cintas de tus zapatos en vez de con la riata, te he visto burlar defensas y meter goles, así como lazar novillos y calar caballos. En fin hasta alguna vez te oí gritar We will rock you y a la hora siguiente gritaste Por tu maldito amor.

Pero nunca te había visto como aquel día, bueno, si ataviado en tu traje negro charro con adornillos metálicos, pero nunca tan erguido, con la mirada tan solemne bajo la sombra de ese amplio sombrero, mirando aun lado y al otro denotando cierto aire superior, como supervisando el evento montado en tu bello caballo grisáceo.

Tampoco te había visto tan apresurado por beber, supongo que el calor de ese sábado por la tarde hacía necesaria la rehidratación, cerveza tras cerveza te fuiste trasformando, trago tras trago la solemnidad se fue difuminando con el espectro de la embriaguez como el rojizo del atardecer que se opaca hasta tornarse en un azul obscuro.

Y con la obscuridad y los tragos vino la euforia, más aún cuando hiciste el “cambio de yegua” y cambiaste la cerveza por el tequila. También la neutralidad de tu acento cedió su lugar a un tono mas campirano, mas de pueblo.

Recuerdo como jaloneabas a tu amiga llevándola a toda prisa a la pista, bailando eufóricamente, exagerando los pasos, casi brincabas según recuerdo, también casi te caíste después de dar vueltas y vueltas, de no ser por tu amiga te hubieras ido de bruces.

Estabas instalado en tu papel, te vi muy a la Pedro Infante con tus otro dos amigos charros también, tus compadres, tus hermanos García los tres. Y aquella señora ¿recuerdas? Aquella regañona muy a la Sara García pegándote en la espalda mientras dabas otro trago al tequila. Y empezaste a cantar elevando tu sombrero con una mano y extendiendo la otra como invitando a tus otros dos compadres-hermanos. Y cantaron.

Después vino el bajón, vinieron las lagrimas, los te quiero y las promesas de unidad eterna, lealtad eterna, fiesta eterna. Ibas ya de bajada en la pendiente de la embriaguez, te tambaleaste y caminaste como caballo adiestrado, si como los de Antonio Aguilar, pero tú no eres caballo y no parecía elegante tu andar.

Cuando te diste cuenta ya era muy tarde, vi tu cara de confusión, con un ojo más pequeño y con una mueca en el rostro, ya no respirabas, más bien resoplabas, escupiendo de vez en vez, sentado ahí oscilando como péndulo hasta que la gravedad te venció y caíste de espaldas y también te venció el sueño y dormiste ahí medio sentado medio acostado, al aire libre dulce e intoxicado.

Me pregunto que habrás soñado si lo hiciste con el campo, los caballos, los charros y las adelitas, o con futbol, videojuegos y modernos celulares. Por las venas te corre sangre vieja con olor a tierra recién llovida, combustible de un corazón joven acelerado por los tiempos de hoy.