domingo, 24 de mayo de 2009

Novocaína para el alma


Generalmente la vida nos presenta una diversidad de circunstancias las cuales al superarlas nos suponen un aprendizade y más aún si estas circunstancias son de las del tipo dolorosas.

Si algo he aprendido de las que se me han presentado, es que en estas experiencias la carga emocional que se deposita en la persona se acumula y tiende a buscar una salida con el tiempo, además que hay diversas formas de asimilarlas, digerirlas y dejarlas salir.

Algunas personas se apoyan en sus creencias religiosas para superar estos eventos, otras recluyen sus sentimientos, los guardan y los dejan ahí hasta que los liberan de forma explosiva, otros por su parte aceptan o trantan de aceptar que las consecuencias de toda la cadena de eventos afortunados que suceden hasta llegar al hecho en cuestión a veces son muy desagradables.

Una de las formas más común de llevar a cabo esa catársis es por medio del arte,esa válvula de escape por donde fluyen los sentimientos y que además de un alivio para el alma ha sido el combustible para la creación de obras maestras.

Generalmente ese proceso de digestión emocional lleva algo de tiempo, incluso en ocasiones pueden pasar años antes de que los sentimientos estén listos para salir y tomar la forma de una melodía, una pintura, un libro.

Menciono todo esto por un caso en particular que me llamó la atención. Me encontraba escuchando una canción; no era ni rítmica ni armonicamente nostálgica pero la letra tenía un dejo de tristeza mórbida que me fue imposible desistir la tentación de conocer el background de esta canción.

La canción: cancer for the cure, Eels el artista. Practicamente una banda de un solo hombre, el genio: Mark Oliver Everett.

Hijo de una eminencia científica, Mark nunca tuvo la vocación científica, desde sus primeros años ya había decidido a dedicarse a la música influenciado por su hermana que tocaba el piano.

Despues de un disco como solista
A man called E
decidio cambiar de nombre a Eels y grabó My beautyful freak, un disco lleno de dulces melodías con letras llenas de desconcuelo y nostalgia, sin tanto éxito comercial pero aclamado por la crítica.

Fue durante y después del lanzamiento de este disco cuando comenzarían una serie de eventos desafortunados que marcarían la vida de Mark Oliver, y asi tambien a su música. En el mismo año del lanzamiento de my beautyful freak falleció su padre, poco después su hermana sesuicido y a su madre le detectaron cáncer de pulmón terminal todo en el transcurso de apenas 2 años.

Amén del sufrimiento inimaginable para mi por el que pasó Mark Oliver, el como lideó con toda esa carga emocional me intriga, el como logró plasmar todo ese sentimiento en su siguiente entrega electro shock blues y de la forma en que lo hizo, es decir, no se dejo llevar por la rabia que en lo personal sentiría al pasar por circunstancias de esa magnitud, si bien en el disco se percibe el dolor, éste está presente pero como digerido, meditado, asimilado.

Un ejemplo más de como lo que vale la pena escuchar va acompañado de sustancia, todo un proceso emocional, doloroso a veces, todo ese sentimiento que algunos prefeririamos enterrarlo esta en el artista corriendole por el cuerpo a la par de las ideas, ideas que al final salen expresadas, como una purga del alma. Letras desgarradoras con un ritmo jocoso como para recordarnos que a pesar de todo, la vida continua.


The kids are diggin' up a brand new hole
Where to put deadbeat mom
Grandpa's happy watching video porn
With the closed-caption on
And father knows best
About suicide and smack
Well, hee hee hee

Cancer for the cure
Cancer for the cure
Buckle-up and endure now baby
Cancer for the cure

miércoles, 13 de mayo de 2009

Doctor virus y las conspiraciones miscelaneas



Hace algunos días iba caminando rumbo al trabajo cuando me encontré con un amigo, lo noté extraño, parecía inquieto, como preocupado, al instante supe por qué, me bastó con verlo usar el cubre bocas con el rigor de un cirujano en una operación de corazón abierto y peor aún lo usaba en una calle prácticamente desierta. De inmediato al acercarnos vociferé: "buenos días DOCTOR" haciéndome el chistoso, broma que no le hizo tanta gracia.

Después de un ¿cómo estás? y ¿qué has hecho? siguió una verborrea sobre la importancia de seguir al pie de la letra las medidas de prevención para evitar el contagio de esta influenza multinominal(demasiados nombres para una sola chingadera), es más, me dijo que no estaba demás exagerarlas un poco, que bien dicen que más vale pecar de exagerado que contagiarse.

Con una reprimenda y ya con algunos minutos de retraso me despedí de mi amigo con otro sonoro adiós DOCTOR que en esta ocasión si le causó risa

Algún tiempo después al ir a la tienda a comprar no sé qué, seguramente cigarros, la señora que atendía debo decir que con pinta de personaje comiquesco empezó por su propia voluntad una conversación en la que yo me limité a contestar varios "mmmm" algunos "Aah si verdad" dos "híjoles" y un "¿cuánto es?", ohh y también un "ajá".

Por supuesto que el tema fue esto de la influenza, ¿y qué más? si esto es lo que ocupa la atención de la gente, en fin después de que se quejó sobre la suspensión de clases, de lo molesto de usar tapabocas, de que no conocía a nadie contagiado, etc. (a esta altura comprendí lo que seguía y así fue) la señora me recitó las ya conocidas teorías conspiracionales, las mismas que se encargaron de llenar la bandeja de entrada de mi correo electrónico, que si el G7, que si Obama, que si las farmacéuticas y las que se junten.

Creo que es en este tipo de anécdotas, donde se dan pequeñas señales de como todo este flujo de información permea en los diferentes estratos de la sociedad, y de como esta cantidad excesiva de información irónicamente produce una gran desinformación.

Por un lado me resulta curioso como algunos ante el miedo se entregan al que se muestra como protector (Doctrina del shock), como gente en teoría preparada prefiere exagerar en precausiones y sufrir el sauna del cubre bocas.

Por otro lado reafirmo mi renuencia en creer y entregarme totalmente al regazo de las teorías de conspiración, y esto es básicamente porque aún cuando son totalmente creíbles (y me refiero a las teorías serias, como la doctrina del shock, nada de aliens por favor)son la escusa perfecta para hacer un lado las responsabilidades de ciudadano que cada uno de nosotros tiene, es decir; "que importa votar, que importa informarse, que importa al fin las corporaciones ya decidieron por nosotros".

El entregarse con ciega fé a estas teorias da la pauta a la pasividad ciudadana cuando lo que necesitamos es gente proactiva, consciente y bien informada de su labor como ciudadano. Esto de la ciega fé en estas teorías me vino a la mente al recordar a esta señora maldiciendo contra las corporaciones mientras me vendía unos cigarros que produce una multinacional.

¿Y qué hacer entonces ante tan desolador panorama donde los intereses del capital están priorizados a los de la sociedad en general? No se trata de alguna revolución socialista, y mucho menos a una resignación total, la respuesta a mi parecer esta en cada uno de nosotros, en nuestra consciencia y buena información, porque al final de cuentas nosotros somos que elegimos que y como consumir.

Estamos en un frenesí de consumismo que solo reporta ganancias a unos cuantos, y aunque es imposible dejar de consumir si podemos hacerlo de manera responsable.