lunes, 21 de diciembre de 2009

Story teller


Have you read my last paper? He asked rethorically
Paper? I questioned with displeasure
Of course you have, everybody has. He interrupted.

And it is true, everybody have read that book, even nowadays. I was just upset with him calling his book “a paper”, “what an idiot” I thought, “he is demonstating false humility while there is a glow in his eyes with each dollar earned”.

I could not get used to that presumptuos talking, it was always the same, after a pompous speech about how he was brought up by his aunt after his parents died and how he overcame adversity against the odds. He signed books for the attendees and made a toast to all those unknown writers, the literary world and his of course his publishers.

Please don’t misunderstand, he was good, indeed and to honor the truth, he was brilliant, the greatest I dare say. Each sentence, each metaphor totally makes sense, the arguments, the dialogues, even when the crew finally reach the top of the hill just to discover the horror caused by the slaughter, you can hear orchestral music inside your head. I am telling you, you’ll burst in tears in the last pages, listen to me, you will.

I have read that book twenty times, I read it even when it was less than rough work and I also did it before it was finished and during each reading I’ve cried. That used to bring out the worst in me. Once, while he was in the middle of his work, he was completely blocked, dry of ideas, as much as never. I won’t deny that his frutration made me feel bit at ease. Even you could have seen how I slightly smiled, not frontwards of course. That would lead in to my immediate dismissal. Nevertheless I was a very efficient assistant, those feelings never interfered with my professional performace.

As his assistant, I was there to indulge any desire that the budding great contemporary writer had. However, back in those days all that he asked for was whiskey, cocaine and occasionally prostitutes. Although he always claimed to have the finest taste in what women concerns, he was always totally wasted and often on cocaine so that he never noticed that I picked up the cheapest girls. Yes I was also resposible for the money.

He couldn´t be more contradictory. Despite boasting about his love affairs, I saw the way he trembled before a beautiful woman, and also saw how his marriage fell apart. I saw him destroying himself with drugs and alcohol as a sort of way of handling his failures in life.

However he came over the adversities. He had a mysterious way of sorting things out, even now I can’t completely understand how sinking ones sorrows in alcohol can actually help. The point is that, somehow he finished the book and became the good writer he was, but nobody but me was the one who made him great, memorable; tragically memorable.

After the success it was just matter of time for him to get back to his abusive and selfdestructive way of life, the fame and it’s implied commitments he couldn’t deal with. As soon as he won prestige and money he got back to embrace the alcohol and drugs using again.

I said that i made him memorable and I did. He was a tormented mind always chased by his own demons and his unconsciousness. A genius, just what all great creators are like, always on the fence between life and death, living on the edge. I knew he should be among the greatests , I believed and I still believe it, I did rigth I am convinced. His talent belongs to all of us now, just the way it should be at the first moment. And, believe it or not would it be just matter of time, one more drink, one more snort, the end wouln’t have changed.

It was easy I must admit. Doing it needed just the right pills in the right place at the right time, a loaded gun either beneath the pillow or besides the Johnny Walker bottle, brought them one after another by his loyal assistant. Finally, one cold December night the unavoidable happened. I don’t feel guilty, the ends justify the means Machiavelli once said.

So young!!, the critics and the press complained, With a great future!, they cried. I know they won’t understand the value of his absence, the value of my actions. However, as you can see I am not looking for comprehension even less for empathy or recognition. I did what I had to do and now, after years and endless post mortem awards and tributes for just one written piece, here you are the story of the greatest among the greatests, the story of the story teller.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Por que hay momentos

Hay momentos, siempre ha habido momentos, y ejemplos bastan y hasta sobran. Homero para empezar relata el mejor ejemplo de la importancia de la relación entre el tiempo y el espacio. Homero, lo hace en Troya, así es, que hubiera sido de ese caballo de madera cargado de soldados si no hubieran estado en el espacio y el tiempo adecuado; es decir en el momento.

Pero el momento no trabaja para todos- para fortuna de muchos-, si no recuerden lo que le pasó a Napoleón en Waterloo marchando en contra de las fuerzas aliadas (holandeses, alemanes y británicos), o al mismísimo Tercer Reich al invadir Rusia en el crudo invierno Ruso.

Momentos hay y cuan burdos suenen esto ejemplos, sirven como herramienta introductoria a esto que viene. Es decir, este es el momento para esta catarsis. Dígase bien, una vomitada de mis mas profundos adentros:

Como agua que ha sido filtrada
Limpiada por rocas y siglos
De manantial la verdad ha sido hablada
Que de mi obra, no soy el que mueve los hilos

Que como a Roma todos los caminos
Fueron son y serán dirigidos
Sin reparo y expreso declaro
Que mis pasos siempre irán buscando tu mano

Incluso me fue revelado
Que sin conciencia ya he avanzado
Que ignorante con dragones he peleado
Y algún que otro mar ya he cruzado

Por que la senda que camino
No es ni corta ni expedita
Más tiene alegrías y desánimos
Y no tiene un fin a la vista

Pero aunque me tome varios lustros
Y se me consuma el corazón
A tu puerto va, dirigido por los vientos
Este barco, sin capitán ni timón

martes, 8 de diciembre de 2009

Las vicisitudes del Liffey

Como amante de la música soy propenso a identificarme con las canciones que escucho, soy de la creencia de que la música y la letra de las canciones se fusionan para formar un elemento único con identidad propia y que este elemento se aplica a circunstancias o lugares específicos formando un todo; letra, música y su background aplicables a las realidades tanto del autor como de los que se identifican con estas.

Vengo con esto justo en estos días en los cuales dos canciones aparecen repetidamente en mi reproductor, esas dos canciones, ambas de Radiohead vienen de un mismo lapso de tiempo, y de circunstancias similares, las dos al ser terminadas fueron descritas por el mismo Thome Yorke como la mejor grabación que habían hecho.

Estas fueron escritas también en uno de los momentos más difíciles para Radiohead. Thom Yorke pasaba por un bloqueo creativo que estuvo a punto de romper con la banda y estas fueron la válvula de presión que liberó la tensión de aquellos días.

Sin duda (los fans de Radiohead no me dejaran mentir) estas dos canciones son de las composiciones mas hermosas y emotivamente cargadas que la banda haya creado, pero también son unas las canciones mas tristes que he escuchado en mi vida.

Ambas hablan acerca de un río, una específicamente del río Liffey pero casi estoy seguro que viniendo del mismo lapso de tiempo y evocando sentimientos tan similares, las dos fueron inspiradas por este mismo río que atraviesa la ciudad de Dublín.

¿De que sentimientos hablo? Pues los mismos sentimientos que me evoca una caminata por el mentado río Liffey: añoranza, dificultad, algo de impotencia y una fuerte sensación de irrealidad, de estar y no estar, de ser y no ser. Pero también hay un dejo de omnipresencia, superación pero sobretodo una fuerte sensación de libertad.

Es para mí un réquiem a los miedos y a las dudas que nos ataron ayer y que hoy libres de estas les rendimos solemnemente un pequeño homenaje.

Como una probadita las siguientes lineas:

(Pyramid song)
I jumped in the river and what did I see?
Black-eyed angels swam with me
A moon full of stars and astral cards
And all the figures I used to see
All my lovers were there with me
All my past and futures
And we all went to heaven in a little row boat
There was nothing to fear and nothing to doubt


(How to disappear completely)
That man
That's not me
I go
Where I please
I walk through walls
I float down the Liffey
I'm not here
This isn't happening
I'm not here


Aquí la música:


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Chiquitas pero rinconeras.......ay!! la que siga


Sentado frente al balcón de mi departamento veo como lo que parecía ser un día despejado se convierte instantáneamente en un día de viento y lluvia, lío un cigarro, me preparo un té y automática mente busco en mi reproductor una canción de Bob Dylan, pero antes de pulsar play me detengo y recuerdo que tengo un compromiso con mi guitarra, una guitarra que no es mía en realidad y que me ha costado trabajo tocarla.

Después de tener la en mi regazo mientras me fumaba el cigarro empiezo tocar acordes al azar y poco a poco se empieza a formar una progresión armónica legible, pero la letra no termina de llegar.

***

Dublín, ciudad de contradicciones y desviaciones de la lógica, como cualquier ciudad que merezca ser querida, tiene esas dos propiedades que la hacen añorable, como New York(aún cuán burdo suene el ejemplo lo sostengo), como la ciudad de México, como el apacible San Luis Potosí o el mismísimo Río Verde de mi corazón. La naturaleza de este cariño no esta en los edificios viejos de ladrillo rojo, en las paredes de adobe o en las antenas que rayan el cielo, no está tampoco en lo cosmopolita que pueda ser, en el número de festivales musicales o cinematográficos que albergue, el producto interno bruto, población o cualquier medida comparativa, mucho menos en la calidad (en su totalidad relativa) de la gente y su candidez.

Está sin embargo en su capacidad intrínseca de hacernos sufrir, de arrancarnos una lágrima de dolor, de arrebatarnos una carcajada, de provocarnos un arrebato de furia, un “Puta madre” de frustración, una dependencia y un hastío, que nos recuerde experiencias y nos ponga delante de retos, que nos sacuda, que nos despierte algo de ese instinto de vivir ahora al parecer tan muerto…………

***

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Robot Organico 2



La luz del día se empieza a colar por una rendija de la cortina de la ventana, formando un haz de luz que justo marca un línea que culmina en la cara de Antonio, quien lentamente, empieza a reaccionar a la luz que atraviesa sus parpados y al candor que la luz constante posa sobre su rostro, Antonio por fin abre los ojos y al tiempo suena el despertador.

Que mejor despertador que la costumbre, piensa, lleva ya tanto tiempo despertándose a la misma hora que su reloj biológico trabaja con la precisión de una maquinaria suiza.

Así es como comienza Antonio estos días con todos estos movimientos maquinales y cronometrados: 10 minutos en la ducha empezando en la cabeza y continuando hacia abajo, 5 mas en vestirse con el uniforme de la dependencia color azul claro, 10 en tomar su desayuno (café negro), el mismo de todos los días y de esta forma toda una cadena de eventos llevados a cabo con la exactitud de una maquina recién aceitada.

Antonio usualmente llega a su cubículo ya resignado al monótono que hacer diario, incluso prepara pequeños juegos mentales como por ejemplo, tratar de adivinar cuantos trámites se autorizarán ese día o cuantos serán rechazados; es curioso como la mente nos pone trampas y juega con nosotros, Antonio, inconscientemente, si dada la suerte que llegara a sus manos algún trámite con alguna anomalía muy particular, haría hasta lo ridículo por desenmarañar los misterios que rodean a esta. Pero en estos tiempos de la era informática, cualquier posible anomalía por mas pequeña que fuese, sería revelada por algún tipo de lupa informática de esas que en vez estar hechas de cristal, son hechas de innumerables series de combinaciones binarias y potenciadas por esos procesadores de nueva generación.

Además, la inconsciente necesidad de cambio, de espontaneidad lo lleva en ocasiones a tratar de provocar encuentros, como forzando al azar, jugándole tretas al destino, trata de relacionarse sin querer, hace conversaciones cortas como queriendo que de alguna de éstas surja el principio de alguna amistad, por superficial que ésta pueda resultar, algo de lo que pueda resultar alguna invitación al cine o al típico café. Se ha vuelto también atento a las conversaciones ajenas, no con una intención de chismorreo, más bien con la intención de participar, hacerse notar un poco.

Antonio, aún estando como esta y siendo como es, aun puede ser un blanco más de esas coincidencias de la vida, que con harto humor negro e ironía y por que no decirlo con cierta conveniencia para los fines del relato y que, para hacer honor a la verdad, habrá que decir que se estaba acercando a topar con pared, siendo como es, la vida a veces te regalan oportunidades en los momentos en que te encuentras menos apto para atenderlas o incluso para notarlas. Con el cinismo de quien le tiende la mano a un manco, la vida se burla de nosotros restregándonos el objeto de nuestro deseo en la cara.

Esta mañana Antonio sentado como de costumbre en su cubículo no lo ha notado, pero la misericordia del destino le esta preparando una sacudida y con sutileza le va dejando pistas. Al levantarse esa mañana no había agua caliente, alguna brisa nocturna, heraldo del azaroso destino, se encargó de apagar el calentador, como haciendo el primer movimiento en la cuadrícula blanco y negro.

Un retraso llevó a otro, bien sabemos que las cosas van hiladas una tras otra, seguidas, si acaso nos podemos saltar unas cuantas o las apresuramos, pero aun así y de no ser que se haya descubierto una forma de hacer hoyos negros y manipular esas cosas tan cotidianas y tan complicadas que son el espacio y el tiempo, si se pierden unos segundos haciendo tal, a su vez se retrasa el cual, por eso y sin demás intento de evadir las posibilidades que Antonio tenía para llegar temprano al trabajo, aunque, porque no decirlo, corrió tras los minutos que se le habían escapado, no logró mas que arrebatarle, apenas con las uñas, algunos minutos a la media hora de retraso que llevaba, y ahora que Antonio salió a tomar su lonche con tiempo de menos y veinte minutos mas tarde, lo hacen correr para alcanzar algún lugar en su fondita, su idilio gastronómico.

Colmo de colmos, la pequeña fonda donde Antonio acostumbra comer, esta repleta, el lugar que mecánicamente ocupaba todos los días ha sido ocupado por un grasiento comensal ataviado en un traje negro, que a leguas se notaba le queda chico.

Frustrado al ver como la rutina de su día a día se fue al carajo Antonio sale del comedor apresurando el paso, no sin antes echar un par miradas, de esas fulminantes pero infantiles en su intención de aleccionar con un gesto amenazador, como deseándole una severa indigestión a nuestro rollizo amigo de traje negro. Ya en la calle, y estando en busca de su platillo de arroz y filete de pollo típico de este día de entresemana, Antonio busca y pregunta por algún lugar con la suficiente higiene, que le sea digno, pero solo encuentra muchos puestecitos, de esos de garnachas y de comidas por demás grasientas, de esas que, según sugiere el gesto que Antonio lleva en la cara, piensa él que nuestro amigo rollizo había abusado en su consumo.

Vaya aventura gastronómica, tres cuadras adelante y dos a la derecha después Antonio esta sentado al fondo del cuartucho que por los días la hace de cocina económica y por las noches de baresucho con todo y sus ficheras que no venden fichas, pero que si venden caricias y que, a diferencia de lo que se dice en alguna canción que hace alusión a este tipo de lugares, estas ficheras no venden caro su amor, lo venden digamos razonablemente barato y que solamente nos resta decir, de una forma por demás romántica e ingenua que sus precios son resultado de un desinteresado y por demás noble acto de solidaridad en estos tiempos de recesión.

Ahora bien, después de divagar un poco, algunos dirán un tanto, sobre las honorables tarifas que si bien son bajas, aun ofrecen y garantizan la misma satisfacción que las altas, vamos a lo que nos incumbe, y que en estos momentos va por el plato fuerte, habiendo acabado el entremés, un exquisito caldito de camarón, con una rapidez inusitada, a causa talvez de la adrenalina que le corre por las venas, en esta su aventura, su escape de la rutina, que cualquier cosa es para la mayoría pero que, para Antonio, es una escalada en vertical y sin cuerda de protección.

Ahora se enfila a devorar la milanesa, que si bien no sería una recomendación de primera mano de algún campeón de fitness, tampoco le tapará las arterias, además de que, aunque algo chiclosa esta decentemente buena, y muy bien servida, y no hago referencia al tamaño de la guarnición de arroz que lo acompaña, ni a si el filete era de buena amplitud o al grosor, a lo que me refiero es que quién le sirvió el plato lo hizo bien, cuidando que, como marca la máxima gastronómica, el gusto le entre por la mirada, la mesera que atiende a nuestro amigo resulta ser un ingrediente esencial de las recetas de esta fondita, de esos secretos que te aseguran una clientela cautiva, de esos que te llenan el ojo mientras lo demás te llena la panza.

No es digamos, la mesera, dueña de una belleza de esas de pasarela en ropa interior o de esas de actriz hollywoodense, vamos, ni de cine mexicano setentero, pero su encanto debe de tener, es decir, los atributos de la comida por sí solos no llenan el lugar a la hora de la comida, algo en la mesera atrae a los comensales, particularmente, en su mayoría, casi totalidad, hombres, vamos, que algo en sus anchas caderas debe de resultar en un irresistible digestivo para la hora de la comida, algunos preferirán una copita de aniz, otros con la tierra que los vio nacer en su corazón tal vez gusten de un caballito de tequila, o tal vez otros con mas solvencia y con el supuesto buen gusto inherente en ella, degustaran acaso una copita de coñac, pero no, estos caballeros recurren talvez, y digo talvez por que al no poder entrar en la mente de los demás comensales no nos queda más que suponer que recurren a unas frondosas caderas para mitigar la ansiedad intestinal.

O tal vez no sean sus caderas y sean sus ojos negros que, bordeados por debajo con una ligera sombra negra que nos recuerda a nuestros primeros trazos en los cuales fallamos un poco en colorear dentro de la línea, pero que también da una ligera profundidad, y bordeados también por arriba, por un abanico de cejas inmensas que en cada parpadeo pareciera agitar el aire enrarecido por el olor a carne cocida y especias, dando a una brisa bochornosa, que por momentos hizo recordar a Antonio, en unos de esos flashbacks estilo Hollywood, algo sobre como el aleteo de una mariposa en el lejano oriente puede provocar un huracán al otro extremo, digamos el cercano occidente, teoría del caos según le llaman los expertos, vaya disparate, una mesera provocando huracanes, pensó Antonio al regreso de su ensoñación.

O tal vez sus labios rojo escarlata, o sus cejas dibujadas con cierta geometría, podría ser talvez su nada discreto vestir, dejando ver algo que solo algunos pocos, como caballero no me atrevo a pensar en muchos, han obtenido de ellos sus favores y que muchos seguro que los desean, o talvez sea en su conjunto, este combo de bondades superfluas, la formula exacta de la atracción y la ambrosía, pero en honor a la verdad debo agregar que, el trato amable y alegre, una voz de esas que da gusto oír forman parte esencial de la formula, que aunque en la pintura mental de esta mesera no haya evocación alguna de estas virtudes, sumado a lo anterior, atrae con la fuerza de un magneto sobre limaduras de hierro las miradas de los demás comensales en su camino a la mesa de Antonio, al que ahora le lleva su postre.

Aquí le dejo su flan, dijo ella en un tono amable y cerciorándose de rozar ligeramente los dedos de Antonio que al momento del roce casi dejan caer el plato. Que atrevimiento podrían pensar las mentes recatadas, así no es como debería de comportarse una dama, pero fuera del juicio moral y puritano, el cual es siempre de opiniones y creencias y que estas al enfrentarse al hecho irrefutable de que bajo ninguna circunstancia Antonio hubiera tomado la iniciativa para no digamos un cortejo, tampoco un coqueteo, digamos pedirle una servilleta, queda totalmente descartado el juicio y en cambio si se reconocen los nuevos modos, donde la mujer como el hombre, tanto uno como el otro, puede dar el paso inicial e iniciar la danza de las danzas, esa donde solo algunos consiguen dominar con maestría mientras los demás la pasamos a-rítmicamente chocando unos contra otros y pisándonos los dedos de los pies.

Un tímido gracias y un desafiante de nada, y de Antonio nada, la mesera se pasea limpiando las mesas cercanas siempre tratando de ofrecer una vista agradable a Antonio, quien ruborizado, solo atinaba a comer lentamente y con pequeñísimas cucharadas su flan, del cual solo podemos decir que se ve suculento, y que, por mas esfuerzo que se haga por saber si estaba delicioso o no, será un misterio que. por la relevancia del flan, es decir, ninguna, quedara sin resolver por el momento, y que como no queriendo acabárselo se lo acabó , pero para ese entonces la mesera que aunque seguía trabajando con la dedicación normal de cualquier día de trabajo, con el usual arrojo hacia sus deberes del día, ya había tomado la determinación de dar el primer paso de la mencionada danza, incluso ya tenía elaborado un plan sobre como sortear las evasivas que Antonio, por simple timidez, le daba. Lo cual de nueva cuenta es una suposición un tanto sin fundamento ustedes dirán, pero que en realidad fue hecha basada en la lectura de los gestos, actitudes y miradas que la mesera en ningún momento ha guardado discreción alguna al demostrarlas, y que prueban que en efecto algo se trae entre manos.

Con la habilidad de quien hace buen juicio sobre las personas, la mesera, y digo mesera por que eso es lo que es por el momento, no hay connotación despectiva alguna, en su lugar lo que si hay es un reconocimiento a la labor de atender a las personas que, sin duda, requiere de habilidades ahora tan en desuso como la paciencia y la empatía, y que es por este oficio también que, la mesera, ha desarrollado la mencionada habilidad de juzgar a la gente y de reconocer sus debilidades, de ver de que pata cojean pues, puede ver a través de las personas, descifrando en cada movimiento, las debilidades de carácter y las demás características singulares que conforman las variadísimas personalidades que la naturaleza humana nos permite, poniendo atención a cualquier detalle, y lo digo sin exagerar, aunque si lo pensamos bien, todas las cosas buenas en esta vida son solamente exageraciones de lo ordinario o respondan ustedes, ¿Qué son las cataratas de Iguazú, sino una exageración de la naturaleza misma, que ya encaprichada se dedicó a dar formas irreales al mundo en que vivimos?, en fin, después de esta perorata sobre los dimes y diretes un tanto existencialistas, un tanto vagos, de vida, pongamos atención en lo que nos interesa.

Ahora bien, comprobado estará cuando se planteé la siguiente escena que, el ir y el devenir de las palabras además de trabajar para bien, haciéndola de traductor de almas y salvo conducto de pesadumbres, también en ocasiones trabaja para mal, digamos que distrae y seduce como al perro que le pasean un filete por la nariz, las palabras nos hacen voltear la mirada, nos atraen con sus acentos, sus sintaxis y sus dobles sentidos, y estando perdidos, ahora solo queda admitir, no sin un una muy sentida disculpa, que perdimos de vista el objeto de nuestra atención, nuestro objeto de estudio, pues solo tomó un párrafo de anotaciones y fútiles reflexiones para que la mesera haciendo uso de sus habilidades, no las de juicio si no otras de otra índole, menos analíticas y un tanto mas primitivas, más de instintos, haya llevado a algún otro lado a nuestro querido amigo, y solo nos queda observar impotentes como todas las cabezas que habían seguido con la mirada la escapada de la mesera y de Antonio ahora regresan a su posición natural, es decir, frente a sus platos, y que si observamos cuidadosamente las sonrisas cómplices de los comensales y el ceño fruncido de las cocineras nos sugieren, sin duda, que esta no es la primera vez que la mesera se va con un cliente.

Si volteamos a la mesa donde se encontraba Antonio solo veremos el plato vacío y el dinero de la comida, y aun haciendo un gran esfuerzo deductivo, nos quedara la interrogante de cómo se llevó a cabo el cortejo, si bien podemos estar prácticamente seguros que, por la timidez de Antonio, el ritual de cortejo constó prácticamente de un monologo, donde la mesera dando rienda suelta a sus dotes de persuasión logró convencer a Antonio, quien seguro solo se dedicó a asentir con ligeros movimientos de cabeza, a irse del lugar. Siendo como fue, nos será imposible saber los movimientos que la mesera utilizó para complementar su discurso persuasivo, que si talvez continuó sutilmente ese intercambio de miradas y actitudes y demás provocaciones y después de las cuales le debió de haber seguido un abordaje más directo para poder tomarle de la mano y jugar con sus dedos pasando los de ella entre los de Antonio, talvez también, habiéndose quitado la zapatilla, empujaría su empeine en contra de la pantorrilla de Antonio que para ese entonces ya debería de haber estado sudando frío y que al momento en que ella dejara la pantorrilla para subir hasta llegar a su entrepierna, Antonio cerraría el compás de golpe, pero la mesera gentilmente esperaría unos segundos y lo abriría de nuevo con el empeine, entonces solo hubiera bastado la palabra “vamos” para realizar la escapada, o talvez, cansada de la sutileza que las miradas y sonrisas evocan, cambió a una estrategia más agresiva y solo le explico con lujo de detalles y de manera gráfica lo que pasaría al irse del lugar y que Antonio si bien es de carácter pasivo también es obediente del lívido, aceptaría sin decir palabra alguna, solo asintiendo con la cabeza.

Aún habiendo sido este ejercicio imaginativo, un escenario probable de lo que pasó en la realidad, no va mas allá de meras suposiciones de lo que quedará como un misterio para nosotros, y solo queda, además del remordimiento de consciencia por cometer semejante distracción, la certidumbre de que las miradas que habían seguido los pasos de nuestros bienaventurados amigos, regresaban desde un lugar que no era la salida de la fondita y que por otro lado apuntaron hacia algo que parece un estrecho pasillo que la hace de pasadizo hacia los sanitarios, y lo cual nos da una sólida pista para seguirles el rastro, aun que ya podamos hacernos una vaga idea de lo que encontraremos.

Quedando fuera de la idea que nos formamos en la cabeza están esos detalles que por su naturaleza misma, la de ser un pasillo un tanto oculto a la vista del comensal, nos eran desconocidos, por ejemplo: el fétido olor en los sanitarios, llenos de sarro y suciedad, que a pesar de todas las lavadas no se quita, y que es muestra inequívoca de que los sanitarios fueron re usados después de un largo tiempo de abandono, después también encontramos, al fondo, una cortinilla de plástico tras la cual se encuentra una especie de fregadero lleno de esos trastes ocupados para la preparación de los alimentos que se sirvieron ese día y que solo esperan por alguien para que los lave y los ponga en su lugar, después y tras otra cortinilla plástica, se encuentra el lugar que suponíamos íbamos a encontrar y que de hecho si encontramos, y que si bien no es el escenario, todo lo que mereciera un encuentro carnal lleno de deseo, instintos y feromonas, de bajas pasiones y altas sensaciones, bien cumple con los mínimos requerimientos para sostener el encuentro, es decir, un camastro y un espejo estrellado que refleja 8 veces nuestra cara perpleja, sin embargo no hace falta una basta experiencia en esto del placer carnal para notar la falta de las sabanas de satín, almohadas rellenas de pluma, luz de velas -no por romanticismo si no para calmar las voces pudorosas que a pesar del tipo de encuentro que se sostendrá, imperan respeto y demandan un poco de oscuridad- y resulta obvio que descartados están también pétalos de rosas y las esencias florales.

Además de nuestra cara perpleja y llena de sorpresa el espejo en su esquina inferior refleja dos pares de brazos amasando las pasiones, preparándolas como para ponerla bajo fuego y así fundir la piel de dos cuerpos en uno solo, solo separándose para volverse a juntar en un violento ir y venir, el sudor fluye como lubricando la fricción en altas temperaturas, las pupilas dilatadas, jadeos y rasguños. Sin perder detalle observamos con detenimiento y sorpresa el desenlace de la jornada y casi tropezamos con las ropas que están en el suelo sin orden alguno más que el de la prisa.

Los amantes piden privacidad en cada jadeo, y estaríamos dispuestos a concederla sino fuera que una curiosidad nos obliga a permanecer, no se crea que se permanece por alguna mórbida curiosidad no, se esta por que nos resulta conmovedor y nos enternece el como los músculos de Antonio se contraen, como se le eriza la piel, como la sangre se le sube por las mejillas, como se le entrecorta la respiración y como todas esta sensaciones que durante tanto tiempo se le habían negado ahora le llegan todas juntas, lo hacen sentir tan bien, tan vivo que lo marean y casi lo hacen volver el estomago.

La muerte chiquita le dicen, y en cierto modo así fue, casi lo dejan muerto, un disparo fulminante de placer y reacciones químicas dejan a Antonio en un estado; en un principio catatónico para luego pasar al estado inconsciente del sueño profundo, que estaría soñando nuestro amigo, acaso pensaría en la próxima vez, estaría planeando ya comer todos los días en esa fondita, su ahora nuevo idilio en el sentido mas literal de la palabra, se habría imaginado a él saliendo con ella, llevándola al cine, caminando por las calles adoquinadas del centro, llevándole rosas, cantándole serenatas con su acordeón, estaría el totalmente a disposición de ella en reciprocidad a la entrega de la cual la mesera dio muestra, que una semejante entrega no era en vano, ni era casualidad, ella estaba ahí para salvarlo recatarlo de monotonía, pensaba nuestro Alberto, tan nuestro como de ella. Sea de observarse que ternura da tendido sobre el camastro, vulnerable cuando mas valiente fue, ironías de la vida, como estuvo a merced y fue presa del deseo y que ahora a merced y voluntad de la mesera esta.

El movimiento fue rápido, no sutil, pero si hábil, como practicado, movimientos precisos; revisa el pantalón, saca la cartera, saca el dinero, mete la cartera, billetes en el sujetador, se vistió rápido, miro su reloj, desvió la mirada hacía Antonio, le sonrió como burlándose de su ingenuidad y se marcho, se marcho de regreso a su labor de mesera, a servir otro platillo a otro comensal y a ir otra ves por el pasadizo, porque eran las 5 pm apeas y solo faltaban unas horas para que el turno de la noche comenzara.

La mesera sale por el pasadizo, sujetándose el último cabello suelto que quedaba, rehecha y lista para mas clientela, pero la mesera no imagina la escena que se le avecina al día siguiente; una arrebato de celos, enojo y frustración de quien se creía el único al ver como la mesera en esa ocasión seleccionaba a otro y no a él, que si pareciera que apeas había sido ayer -acaso había sido ayer- cuando los dos se entregaron el uno al otro, que si bien no hubo palabras fue por que los cuerpos temblorosos y húmedos habían sido los que hablaron, que si había sido amor a primera vista, que si esa danza de cortejo. No imaginaba además, que después el arrebato vendría el llanto, la vergüenza, las ganas de golpearla y de golpear al fulano ese con el que se iba. La mesera no anticipaba como Antonio sólo correría hacia la entrada solo para detenerse a medio camino, cambiar de dirección, y embestir al fulano este que se atrevía a robarle a su amor, el cual para ese entonces ya estaría empuñando una navaja que por precaución habría decidido sacar desde el momento del arrebato de celos y que cuando viera a Antonio venir no titubearía en poner de por medio.

La mesera no vislumbraba como Antonio gritaría de furia en un principio y como ese grito después daría paso a un ligero pujido al sentir el frío acero dentro de sí, y como después y no sin tratar de sostenerlo, la mesera vería caer a Antonio hasta el piso, escucharía algunos platos y vasos que se caerían en el momento de la caída, vería también como el fulano este habiendo tirado la navaja saldría corriendo, la mesera no se imagina como perdería la voz de tanto gritar por ayuda, no sabe ahora como gritar le sería inútil ya que Antonio, para el momento ya habría exhalado su ultimo aliento.

Una horas después Antonio despierta, al vestirse se da cuenta del dinero faltante, y supone que es algo normal, vamos, indiscutiblemente le tiene confianza a la mesera, quien, necesitando un poco de dinero lo tomó prestado y que si no se lo pidió a Antonio solo fue por no incomodarlo en su bien merecido descanso, Antonio sale de cuartucho y busca con la mirada a la mesera, pero no la encuentra por ningún lado -no importa- piensa para calmarse el mismo -ha de estar ocupada con su trabajo, en fin mañana seguro la veré- y aunque así será no será de la misma forma que hoy. Antonio entonces sin sospecha alguna de la suerte que le espera y que es sin duda una mano que ya se jugó, sale contemplando el atardecer que colorea el cielo de una tonalidad naranja y camina por la calle rumbo a su casa, no le importa nada, ni el trabajo al cual no regresó después de su hora para comer, que si bien le dirían algo por no avisar, no pasaría de eso por ser la primera vez en años en que ausenta de trabajo, y que además, todo le parece indicar que mañana será un gran día.


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jueves, 29 de octubre de 2009

Primeros Auxilios

Era el atardecer de un día nublado como casi todos los días aquí, como el clima lo mandaba esta surfeando por youtube en busca de canciones adecuadas para ese día cuando de repente me tropecé con este par de jovencitas suecas llamadas First Aid Kit, que nos comparten un folk fresquito como acabado de llover, con olor a tierra mojada y hojas en descomposición, excelente para aquellos que, como yo les gusta la música para el otoño, pa fumar un cigarro, tomar un café y ver llover, para ponerte nostálgico y acordarte de los dias soleados.....

Aqui les va:



otra mas:

martes, 27 de octubre de 2009

Chiquitas pero rinconeras.......ay!! ya no las cuento

Próximamente un berrinche en forma

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Entré al Pub, entregué un curriculum, unos de los cientos que he entregado, lo deje y como siempre, en un ingléss muy irlandés me dijo el Bar tender que se lo mostrarían al manager y me llamarían, es decir nunca llamarán, vaya que es un problema estar sobre calificado para cualquier empleo al que pueda uno aspirar…………..

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Entré al Pub, entregué un curriculum, otro de los cientos que he entregado, lo dejé y como siempre, en un ingléss muy irlandés me dijo el Bar tender que se lo mostrarían al manager y me llamarían, es decir nunca llamarán, entonces yo, me dirigía a la salida cuando un tipo con un muy mal ingles me detuvo para preguntarme de dónde era yo, de México dije yo, de ahí el tipo este; un italiano muy buen pedo y muy pedo me invitó dos pintas cerveceras además de una charla muy monótona pero divertida, que consistió en preguntarme 5 veces mi nombre, decirme que había conocido a una chica mexicana que le dijo que le llamaría y no llamó ( yo como a 20 pensé, pero no venía al caso mencionarlo), además me ofreció trabajo y me dijo que le llamará a un teléfono que nunca me dio, en fin hasta me invito a irme de “putas” con él………..

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Recibí un mensaje muy cierto y muy sabio que me puso a pensar, el mensaje decía en pocas palabras; siempre ha sido difícil para mi (como para muchos), no naciste con suerte (o con una suerte en específico), pero espera, como siempre pasa le sufrirás un buen rato y al final las cosas saldrán bien, así ha sido y sí será, lo que me puso a pensar (ya poseído por un sentimiento de impotencia) ¿que trinche lección no he aprendido que la tengo que repetir una y otra vez?, pues ninguna pensé (ya mas frustrado y encabronado) es pura y llana mala suerte, nada de destino o esas cosas.

Pura y mala suerte, no terminaría de enumerar casos donde algunos papanatas se las llevan consigo sin merecerla, además se me haría pedazos la bilis, así que solo lo atribuyo a la suerte, sin embargo, no es tan fácil de aceptar, porque la suerte, es como es, es cuestión de azar, es como es la vida; a veces un asco sin más ni más, he de aquí que sea mas fácil creer que todo es parte de un master plan que al final lleva a un lugar feliz.

Por eso y sin más razón que mi frustración personal aquí una serie de preguntas y argumentos que me rondan la cabeza, aclaro esto no es más que un simple berrinche, subjetivo y sin más intención que herir susceptibilidades:

• Se dice que Dios no te da algo que no puedas soportar…. Dile eso a un niño enfermo de cáncer terminal a ver si no te patea en los……
• Se dice que las acciones de Dios están mas allá del entendimiento humano…….el sentimiento es reciproco……
• Se habla de un Dios misericordioso, que de “misericordioso” tiene el pasar unos 70 años en este infierno llamado tierra para luego ir (si te va bien) al paraíso……
• Ni hablar de un Dios justo…………….
• Ni como científico la rifa, 2000 años experimentando con los destinos humanos y aun no hay algún resultado positivo….
• Por qué siempre elige a una persona, una única persona a la que le habla para dar su mensaje, ¿que no sabe como esta eso del telefono descompuesto?
• Por que a uno y no a todos?, ¿que no hay que ser incluyentes?
• Si alguien escucha una voz que le ordena cosas y esta voz no tiene por nombre Dios, esta persona es esquizofrenica………

Berrinche hecho, me siento mejor…………..

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miércoles, 14 de octubre de 2009

Chiquitas pero rinconeras 5 (notas osciosas de un despistado en Dublín)

Ha pasado el primer mes y aun me faltan once, mas de un año planeando este viaje y el primer mes se me ha pasado en un parpadeo, aun sin estar muy ocupado, el tiempo ha transcurrido rapidísimo, y también lo irreal de los primeros días empieza a asentarse y a tomar forma, y a su vez las preocupaciones empiezan a aparecer, después del fervor inicial los tiempos de racionar han comenzado, lo que sigue es menos fiesta y mas libros, y si tuviera mi guitarra, mas música, no he tocado guitarra en un mes y eso me pone triste……..

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Inició el October fest en Dublín, cerveza alemana, pero ni por ser un festival bajan los precios, sirven cervezas en tarros de litro y cantan canciones típicas alemanas que suenan como a polcas del Piporro(ahora creo que es al contrario) y algunas otras a música norteña, un sonido muy familiar…salúd

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Felicidades a mi madre!!! (nota escrita el 9-10-09)

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Al parecer los irlandeses no son tan entusiastas de las barbas, así que ahora con un mes cumplido en estas tierras, me he rasurado, a ver si es más fácil conseguir algún empleo, me siento desnudo, ahora me da frío en el cuello, y veo a alguien desconocido todos los días en el espejo.

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jueves, 8 de octubre de 2009

Chiquitas pero rinconeras 4 (anotaciones osciosas de un despistado en Dublin)

Niños jijos de la…..

Al contrario de lo que sus tiernas pecas nos harían suponer, estos niños, alrededor de 11 a 15 años, siempre vestidos con pans y sudaderas, se la pasan haciéndola de bándalos, si te descuidas un poco puedes pasar a ser una victima de su amplia gama de travesuras que rayan en el bandalismo, que va desde que te avienten un envase de yogurt desde la otra acera hasta ponerte el pie cuando caminan a tu lado o fintar darte un golpe, lo unico que puede hacer uno es estar atentos al ver a estos mocosos y aguantar vara, que aunque bien se ganen unos buenos coscorrones, sale peor tocarles un pelo.

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Oculto tras unos ojos color olivo se encuentra el objeto de mi deseo, talvez, como usualmente pasa conmigo lo termine echando a perder, o en alguna borrachera mandaré todo al carajo, al fin que, hay unos ojos azules esperando por mi cada lunes, y no tengo cabeza para lidiar con lo que sea.

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Mucho tiempo para hacer nada, los fines de semana transcurren lentamente, el tiempo lo marcan las pintas y los cigarrillos, en mi caso, la falta de cigarrillos, dos semanas sin fumar uufff, bueno solo unos toques estando en la peda…..

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Ya quiero trabajar, el tiempo corre lento y el dinero se va volando cuando no trabajas, lo que sea con que sea trabajo pagado, al contrario de lo que se pensaría, hasta si buscas de limpia pisos tienes que llevar tu curriculum y toda la cosa, la mayoría de los que buscamos trabajos estamos sobre-calificados para los puestos en los que aplicamos, esto sea talvez porque, aun trabajando como limpia pisos y ganando el salario mínimo ganas suficiente dinero para vivir decentemente.

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viernes, 25 de septiembre de 2009

Cuiquitas pero rinconeras 3 (anotaciones osciosas de un despistado en Dublín)


No se porque pero el cansancio se acumula, mi mente aún nublada no atina a mover un ápice alguna parte de mi cuerpo, solo la prisa hace reaccionar a mi cuerpo como en un golpe súbito de adrenalina.

Después de que el efecto pasa mi cuerpo vuelve a su letargo y al igual que el cuerpo la mente se deja caer y llevar por un sueño lleno de edificios viejos de ladrillos y por un río verde que aún no se hasta donde llega.

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Apenas se percibe el balanceo de los pequeños botes sobre las tranquilas aguas irlandesas en la bahía de Howth, el sol de medio día calienta al grado de querer quitarme mi abrigo, pero el viento fresco que cruza la bahía me recuerda las latitudes y altitudes en que me encuentro y si acaso atino a recortarme las mangas en un intento de equilibrar la temperatura de mi cuerpo.

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No es por ser malinchista, pero aunque la escuela se atiborra de mexicanos solo he conseguido hacer amigos brasileiros. Mi inglés sigue igual pero vaya que mi portugués esta mejorando, dos idiomas por el precio de una, the best deal ever….

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Will i play the wild rover no more!!!!, to Arthur!!!, pintas de Guinness, un brindis a las 6 de la tarde, conciertos, música, tabaco y mas pintas vaya manera de festejar el aniversario de la cervecería más importante del mundo……

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domingo, 20 de septiembre de 2009

River of sorrow


A tientas encuentra sus lentes, no después de haber palpado toda una variedad de objetos húmedos y viscosos que sin lugar a dudas lo harían volver el estomago, pero no fue así, lo que si lo hizo vomitar fue el fétido olor a humedad y descomposición. Al reponerse de la sacudida, de las convulsiones del estomago recién vuelto, de los arqueos vertebrales que mas que soportar todo ese movimiento abdominal pareciera que la espina se le quiere salir a uno, como en las pataletas infantiles de esas que hacíamos cuando niños, cuando al tiempo de ver insatisfecho nuestro deseo se desataba el lloriqueo y pataleo, que si bien era con todas las fuerzas no hacia mas que incomodar al nuestros padres que para ese entonces ya nos tenían sometidos rodeados por su brazo, se puso los lentes.

Aun puestos los lentes, no sirvieron para bien; el cristal izquierdo estaba roto y el derecho aun empañado no lograba ver gran cosa, si acaso la noche profunda, esa que ya había visto a lo largo de sus caminatas nocturnas por el río y que en honor de la verdad habría que decirse que no solo la vio, más bien la desnudó y la auscultó como queriendo escuchar su pulso, su latir y así descifrar los profundos secretos que en ella se esconden, como si escondidos tras las estrellas hubiera lugares secretos, idilios de amantes prohibidos, o cuado menos algún ladrón de ilusiones, de sueños, o al señor farolero que como le habían contado de niño, iba apagando una por una la incandescencia de la bóveda celeste.

Según lo que pudo ver, cuando su lente se desempaño, fue que la noche en total había cambiado, ya fuese por algún farolero de extrema eficiencia o por (como el sospechaba) algún ladronzuelo de destellos y luces, la noche estrellada que iluminaba naturalmente los húmedos empedrados esa noche se había tornado en un profundo azul negrusco apenas alcanzada por alguna estrella lejana, esa que en su propia lejanía encontró la salvaguarda, pero que pesar de su inusitado protagonismo no alcanzaba mas que a esbozar débiles trazos de luminosidad sobre la obscuridad de la avanzada noche.

Trató de incorporarse rápido, invadido por la incertidumbre quiso ponerse en una posición que le permitiera defenderse, como una reacción hacía el evidente peligro que la incertidumbre de no saber donde ni como estaba le sugería y de las heladas oleadas del Liffey que como llamándolo y jalándole a su lecho solo lograba empaparle su costado izquierdo.

Pero el simple y llano instinto de supervivencia no le fue suficiente, además del intenso dolor que sintió al instante, la inmovilidad que le cobijaba las piernas, el aturdimiento en su cabeza y el entumecimiento de sus labios que ni siquiera intentaron moverse en algún pedimento de auxilio o algún alarido causado por el súbito golpe de dolor, el hilo de sangre que le corría por la cara le planteaba una situación más difícil que las acostumbradas resacas de sus tradicionales travesías de puños, pintas y tabaco.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Chiquitas pero rinconeras 2 (Anotaciones osciosas de un despistado en Dublin)

Torre de babel

Una chica española tratando de hablar ingles con un mexicano, un mexicano hablándole en español a un francés, todos ellos listos para compartir una tarde o dos con alguna finlandesa de ojos hermosos, con una inglesa de sonrisa radiante, y dos locos ingleses que los levan a tomar la cerveza mas cara de su vida.

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Viendo los ojos hermosos de la chica en cuestión el desearía que su inglés mexicano fuera suficiente para tener una encantadora charla, o al menos desearía poder hablar el inglés finlandés, pero no puede así que se conforma con escuchar una charla en inglés inglés y en inglés francés….

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Un marroquí, en un español muy de España da direcciones y dice:
Coges….. (ni un cafecito, pienso)…. El Dart(tren) hacia la estación Connolly Station y the bajas en Howth.
O vaya pues gracias……..

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miércoles, 9 de septiembre de 2009

Chiquitas pero rinconeras 1 (Anotaciones osciosas de un despistado en Dublin)


La partida

Las nuevas noches, han llegado, hay cierta carga en el aire que me hace recordar las noches que han pasado, la emoción y ajetreo de los últimos días ha acabado, aunque dejaron cierta resaca emocional que cuesta trabajo digerir, así indigestado de sentimiento, parto sin esperar nada y esperando mucho a la vez, las palabras apenas se forma y empiezan a dar frases con cierto sentido.

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Estaba en aparente tranquilidad y de repente otro vuelco al corazón, las lagrimas que vi me apretaron el corazón y a la vez las dudas absurdas aparecieron, al parecer mis raíces estaban enterradas mas profundas de lo que pensaba, de nuevo el corazón se retuerce, como queriendo se salir, y mis tripas se mueven como queriéndose acomodar.

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Otra vez las prisas, corriendo de una terminal a otra para alcanzar el vuelo, no me perdí me perdieron, me dieron mal algunos datos. El aeropuerto de Heatrow es un mounstro de dimensiones bíblicas, pero un mounstro bien señalizado.

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Soy un idiota, mi ignorancia en estas cuestiones de los vuelos me hicieron comprar la cerveza mas cara de mi vida. Por otro lado la cerveza estuvo buenísima, la azafata que me la sirvió también y sobre la ventanilla solo se ve el reflejo del sol de Londres sobre las nubes de algodón.

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Le temo al frío que se avecina, no al del clima irlandés que por ahora se mantiene templado y hasta cierto punto agradable, el frío al que le temo es al que inundará mi corazón por los próximos meses de una soledad a la que no estoy acostumbrado, ya siento como se enfría y el extrañar se volverá inevitable.

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miércoles, 26 de agosto de 2009

Mis noches de verano

Notas como ahora las noches refrescan mas, la brisa nocturna de las noches de este verano se presentan mas frías, pareciera que cierto aire polar se cuela hasta estas tierras colándose por las hendiduras que quedan de los entretejidos montañosos que bordean este y oeste de esta tierra y que por el norte parecieran desdoblarse tranquilos por la meseta silenciosa llevándose las lluvias que este verano se olvidaron de caer, dejando por las noches un remanso de frescura y resequedad.

Lo he notado en mi, en mi piel para ser preciso, se nota en como el sudor que antes refrescaba los cuerpos tendidos sobre las sabanas y regulaba la temperatura de las extremidades y torsos húmedos y calientes ahora estremece a la mínima provocación de alguna brisa nocturna y nos obliga permanecer ahí juntos y abrazados reusándonos necios a perder el calor acumulado en horas pasadas. Pero al final siempre terminamos templándonos y terminamos también por aceptar -no sin haber dado batalla- el final de una noche y la impaciente espera de la próxima.

Mi verano esta en breve espera de acabar, la brisa nocturna lo anuncia en cada resoplido lleno de frescor, lo notarás en como el pavimento enfría mas rápido después del duro bombardeo solar del medio día y en como la tierra respira profunda y aliviada el fresco aire nocturno después del sofocante calor del día.

Mis noches de verano están por terminar y a estas le seguirán las noches frías de otras latitudes, otro cuerpos, otros sudores, otro tipo de humedad, otros torsos y otras extremidades.

Seguiré estremeciéndome con las brisas nocturnas que se colarán por no se donde, seguiré oponiéndome al natural paso de las noches pero se que terminaré aceptando el final de éstas y muchas más, mi cuerpo se templará una vez más y la espera por las siguientes noches seguirá siendo interminable, amarga como hiel pero dulce hasta el delirio............

domingo, 16 de agosto de 2009

Uno para delante y dos para trás


No debí de haberla llevado ahí, el lugar para empezar estaba abarrotado además pareciera que una bruma de tristeza flotaba por el suelo del lugar y daba un olor a agonía mezclada con estiércol, creo que el único en notarlo fui yo, y ella claro, lo noté en su mirada que decía "que hacemos aquí", como dije no debí de haberla llevado ahí aunque los demás parecieran disfrutarlo, más los niños, que pasaban por alto el como los animales se encontraban agazapados en sus pequeñísimas jaulas, el como al halcón le faltaba una garra, como un caballo tenia uno de sus ojos opaco, como cubierto con una fina película blanquecina y que típicamente son saltones y brillosos.

Al salir, de los angostos corredores recubiertos de papel estraza pegado con cinta canela en un mal logrado intento de imitar rocas formando una gruta, seguimos recorriendo los demás lugares de “atracción” en silencio, creo que en realidad nunca hablamos.

A pesar del mal comienzo seguimos saliendo aunque ahora ignoré las recomendaciones de salidas e hice confianza en mis pobres instintos. Y relativamente funcionó, ella con el tiempo pareció mas entusiasta y yo, yo también en cierto punto, es decir, las bromas eran correspondidas y las caricias también pero para salvaguardar una de mis pocas virtudes debo de admitir que permanecía dubitativo ante la posibilidad de abrirme y sacrificar mi individualidad.

Nunca hablamos al respecto, como dije creo que en realidad nunca hablamos en serio, acaso divagamos sobre muchas cosas, música, libros, cosas, pero nunca en lo sustancial, en esas cosas que parecen insignificantes pero que hablar sobre estas implica una intimidad mutua; complicidad de cama.

Nunca tuvimos una canción, una de esas que al empezar la tonada los dos tarareáramos al unísono, de esas cosas que al hacerlas sabes de inmediato que hay un vínculo, un lazo que implica una suerte de reglas no escritas por las que nos dejamos guiar.
Diría que evadimos el asunto pero lo que fue cierto es que yo lo evadí, ella intento, ella dio ese paso para acercarse a mi y yo solo retrocedí, diría también que fui yo, que mis dudas y mis convicciones me obligaban a alejarme o que simplemente fui un patán y me aproveche de su inocencia, pero estaría mintiendo, en realidad ella no quería intentarlo, solo se dejaba llevar por lo que lo ordinario, lo normal dictaban, quería dar ese paso por que era lo que comúnmente seguía.

Después de esa charla “no charla”, porque como dije en realidad nunca hablamos de verdad, no la volví a ver, se sintió herida y se alejo, yo me sentí querido y me aleje.

Sentirse querido y no querer serlo. Definitivamente se sufre porque así se quiere. Ahora sin querer me quieren y sin querer me ha gustado, mis habilidades evasivas parecieran haber mejorado astronómicamente, ahora que dan un paso hacia mi y yo retrocedo miles de kilómetros………….

domingo, 26 de julio de 2009

Nueva canción de Thom Yorke

Una muestras más del genio lírico detrás de Radiohead, esta canción fue estrenada en el festival Latitude 2009, posiblemente se incluira en la siguiente entrega de radiohead.

Armonicamente sencilla pero con una melodía llena de melancolía que te enchina la piel.

Juzguen por ustedes mismos:



Y aqui la letra:

This dance, this dance
Is like a weapon, like a weapon
Of self defense, of self defense
Against the present, against the present
"Present Tense"

I won't get heavy, don't get heavy
Keep it light and, keep it moving
I am doing, no harm

As my world comes crashing down
I am dancing, freaking out
Deaf, dumb, and blind

In you I'm lost, in you I'm lost

I won't turn round while the penny drops
I won't stop now, I won't slack off
Or all this love will be in vain,
Stop from falling down a mine
It's no ones business but mine
Or all this love will be in vain


In you I'm lost, in you I'm lost

miércoles, 22 de julio de 2009

Damn Julio


No es que tenga un compromiso con mis lectores (si acaso son dos o tres)o que tenga una inquietud profesional que me obligue a escribir constantemente pero generálmente las ideas rondan por mi cabeza y escribir es una forma de darle salida a ellas. Últimamente siento estar en una especie de bloqueo, a falta de tiempo y por tener mi mente ocupada en otras cosas.

En algún blog leí que un ejercicio para romper con el bloqueo creativo es pensar en el primer recuerdo que tengas, de esos de la primera infancia y escribir sobre ello, así que me di a la tarea de escudriñar en el mar de recuerdo difusos que es mi cerebro. Pero no pude dar con algún recuerdo lo suficientemente temprano y lo suficientemente solido como para escribir sobre el, lo que si me vino a mi mente fueron dos recuerdos, lo suficientemente solidos y hasta algo traumáticos.

Julio 2007

Dulce néctar que corre por mi garganta,
miel que empapa el paladar de euforia y confusión
trago tras trago, carcajada carcajada
felicidad efímera, aparente bien estar

Más dulce aún en último trago, más confuso el pensar
fusión de palabras en oraciones sin sentido,
oraciones punzantes que dejan heridas,
heridas sobre la piel barnizada de sentimientos

A flor de piel, las sensaciones se maximizan
el calor sube y la razón desaparece
como raptada por los demonios
que ya han tomado el control

Quemado por dentro las cenizas brotan de mi aliento
respiro el vaho que exhala noche.
Embriagado de penumbras corro a lo desconocido
en ruta de colisión

Vi mi suerte reflejada en el espejo de asfalto,
agua y aceite y su paleta de colores
las esquirlas de la noche en rojo y azul
bajo reflectores me tiendo inmóvil.

Julio 2008

Trataba de pensar en una infinidad de cosas, cualquiera que fuera lo suficientemente interesante, todo con tal de distraer mi pensar de aquella constante y en aumento sensasion de naúseas. Dios!! ya era lunes. Como si no fuera suficiente el tener que trabajar después de un cansado fín de semana tenía que, además, soportar esta molesta sensación de nausea permanente.

Se trata de un ejercicio mental agotador. Mientras tu cuerpo se arquea cuando la sensacion de volver el estomago llega -es algo que viene en oleadas; periodos corts (cortísimos) de calma y despues el arqueo otra vez- uno trata de pensar en otras cosas por lo general agradables que te hagan librar aunque sea por esa vez el vomitarte encima.

La vista en el trayecto hacia mi trabajo ayudaba en algo, sabía que al bajar del camión las cosas irian mejorando -por alguna razón el caminar siempre me ayuda en mis crisis-. Leyendo los anuncios de los locales comerciales cerrados intentaba engañar a mi cuerpo pero de repente otra arqueada y después respirar profundo y un bostezo, por alguna razón los bostezos ayudan asi que los finjo para sentir un poco de comfort.

Ese fín de semana aunque cansado no había sido algo especial, algo fuera de lo normal, ninguna fiesta monumental ni nada por el estilo, pero debo de reconocer en pós de no entrar en el terreno de las justificaciones, que esos últimos meses habían sido de fiesta en serio, graduaciones, cumpleaños, etc. Supongo que la fiesta acumulada estaba haciendo mella en mi organismo.

Cuando pensaba que ahí la llevaba: lo inédito, un extraño adormecimiento se apodero de mi espalda. Y que se viene la ansiedad, ningún tipo de pensamiento por mas capaz de abstraerme fue suficiente para ignorar el hecho de que mi espalda se encontraba dormida y que mis manos empezaban también a hormiguear.

Ya presa del pánico a los brazos le siguieron las piernas y después el resto, ya para ese entonces yacía en el concreto de una de las zonas más transitadas de San Luís la gente se amontonó a mi alrededor y un tránsito que me ayudaba.

Vaya imagen, el pánico me puede hacer trizas, sino, imaginen estar tendido ahi sin poder mover las piernas, los brazos engarrotados y torcidos, la quijada torcida y una respiración cada vez mas entrecortada, si esto es poco ahora imaginen al oficial de tránsito pidiendo ayuda por la radio diciendo: de prise que este no nos aguanta mucho",terror absoluto sin duda. Y de repente luces rojas y azules otra vez, al fin.


Asi que estamos en julio otra vez, pero aun no he visto luces rojas y azules afortunadamente, supongo que no hay nada de que precuparm, hoy más que nunca tengo el control (en lo razonable) además que el común denominador de estas dos experiencias pasadas ya no esta presente, faltan pocos días para agosto y todo parece indicar que la tercera es la vencida.

Sorry por los errores ortográficos, me dió hueva corregirlos

lunes, 29 de junio de 2009

Pueblo quieto



Inspirado y contextualizado en ese pueblo punta de lanza para fundación de mi ciudad: Cerro de San Pedro

Ramón solo recuerda aquellos tiempos de bonanza, aquel resplandor del pueblo por los relatos que le contaba su abuelo, recuerda como había empleo y el pueblo crecía a un ritmo veloz, el como la plaza se llenaba los domingos por las tardes y que era cuando las jovencitas, las hijas de los mineros provenientes de otros pueblos salían a “dar la vuelta”, no lo hacían con mucho entusiasmo, el pueblo estaba en ciernes no había mucho que hacer, apenas y había unos pocos puestitos donde comprar algo para merendar, y aunque había muchos jóvenes casi todos ellos pasaban la mayor parte del tiempo en la mina.

Lo que si había eran cantinas y pulquerías; donde hubiera un montón de hombres de aspecto rudo trabajando mas de 10 horas al día había también algún establecimiento dedicado a abastecer de líquido a tanto trabajador sediento. Y con el montón de hombres ebrios venían los problemas: los pleitos eran comunes y el ver hombres ebrios tirados por la calle era el pan de cada día. No pareciera ser un lugar donde vivir con la familia pero el empleo escaseaba en otros lados y ahí los tiempos parecían buenos para ganar algo de dinero.

Estuvo el pueblo repleto de trabajadores nómadas que iban de pueblo en pueblo buscando mejores condiciones, había algunos que duraban en cada lugar unos 2 o 3 años y enseguida se movían, acostumbrados a la movilidad no se empeñaban en tener lazos con las demás personas, incluso en sus casas había cierto ambiente de austeridad, con solo lo necesario, nada que tuviera algún rastro de nostalgia, todo liviano, fácil de mover, nada lo suficientemente arraigado de donde asirse para echar raíz.

El trabajo en la mina fue prometedor aunque no por mucho tiempo, después de unos cuantos años la veta se agoto o por lo menos quedó inaccesible para los rudimentarios métodos de aquellos días, el pueblo quedo desierto con una rapidez impresionante -en este lugar el agua escaseaba, el clima era muy árido y lo único atractivo que tenía era el trabajo que daba la mina, al acabarse éste se acabaron también las actividades adyacentes-. Solo quedaron los anuncios colgados por arriba de las puertas.

Las calles ahora limpias de borrachos dormidos en las calles, de los ríos de orines que recorrían las callejuelas del pueblo por las noche, limpias también de negocios prometedores, de niños en escuelas y misas de domingo abarrotadas.

Sólo se quedaron los que habían estado ahí desde siempre, la falta de empleo no los asustaba, estaban acostumbrados a vérselas difícil, al acabar la abundancia, rápidamente se adaptaron a la austeridad de los tiempos pasados, a la escuela de 10 niños y un maestro, a las misas vacías, incluso al párroco le volvió la tristeza a su semblante se diría que hasta los santos guardianes del templo perdieron el brillo de aquellos días.

El abuelo de Ramón fue uno de ellos, se quedo estoico ante las circunstancias, viendo como su pueblo antes pobre después próspero y ahora de nuevo desolado, poco a poco cedía a la voluntad del viento y el polvo, de la soledad y el abandono.

Así como su abuelo el padre de ramón fue de raíces mas fuertes que la necesidad y se quedó ahí también en su pueblo quieto, incluso ya de muerto el abuelo cuando no pareciera tener sentido alguno permanecer ahí (si es que alguna vez lo tuvo) él prefirió quedarse ahí en su tierra, que si bien siempre le fue ingrata, era su tierra y ahí creía que debía morir.

Ramón también se quedaría, no por algún sentimiento de arraigo hacia ese lugar, mas bien lo hizo por indiferencia, la misma indiferencia que lo había acompañado durante toda su vida. Su tierra infértil que desde siempre le había dado la espalda, su pueblo que lo abandonó desde hace mucho, su gobierno que desde siempre lo ignoró estando su pueblo a la sombra de la vecina capital.

Sin convicciones mas que la de vivir al día, comer algo y tener para beber mucho, mucho licor; no bebía para olvidar, sus recuerdos se fundían en uno solo; monótono y bicolor como en blanco y negro, como una fotografía de esas antiguas como cubiertas por una fina tela de polvo, de esas que por si mismas evocan aires antiguos y emanan nostalgia.

Ramón trabajaba con su padre de jornalero en el pueblo cercano de “Las puertas” a unos 5 kilómetros de su pueblo, todos los días se levantaba temprano con resaca o sin ella y caminaba todo el trayecto hasta las parcelas de esa tierra fértil, tierra blanda fácil de arar.

El padre de ramón se la pasaba hablando sobre como seria su pueblo si hubiera este tipo de tierra en vez de la tierra dura llena de piedras del pueblo, Ramón hacía oídos sordos porque ya se sabía de memoria la perorata de su padre, pero de vez en vez le contestaba argumentando que de nada serviría esta tierra si no llueve o si no hay como mínimo forma de irrigarla, a lo cual el padre solo hacía una mueca de disgusto y levantaba la vista al cielo como si la cantaleta de todos los días fuera una oracion y pidiera el favor divino.

Así transcurrían los días, del pueblo a las jornadas, de las jornadas a la cantina y de la cantina al pueblo mientras había trabajo en el campo, los demás meses del año cazaban armadillos para venderlos, igual que con las serpientes solo que a estas las mataban para vender su piel y comer su carne, no ganaban mucho estos eran los tiempos flacos.

Un buen día (o malo) de repente el pueblo se vio en ebullición otra vez, pero esta vez no eran comerciantes los que rompían el silencio anunciando sus productos, ni ruido de borrachos peleando en la calle o perros ladrándole a la muchedumbre, tampoco las campanas de la iglesia repicaban de nuevo, ahora lo que alteraba la quietud del pueblo era una multitud de jóvenes de pinta estudiantil marchando hacia la plaza.

Ramón vio las mantas que llevaban estos jóvenes, pero no entendía las consignas llenas de exigencias sobre protecciones y salvaciones para su pueblo; en un principio porque no estaba enterado de las noticias, al enterarse vino su más fuerte duda: ¿Por qué parecía importarles tanto el bienestar de su antiquísimo y olvidado pueblo?, ¿por qué ahora y no antes?, tanto tiempo de olvido y marginación y hasta ahora había alguien dispuesto a ayudarlos, le extrañaba y más siendo que nadie había pedido su ayuda.

Ramón supuso que esto le vendría bien al pueblo, que si bien las consignas en contra de una minera transnacional que al parecer sus intenciones de explotar el mineral supondrían un eminente riesgo hacia el pueblo además de contaminar a través de las filtraciones del agua los mantos subterráneos que alimentan a la capital de agua, al final de cuentas habría cierta atención hacia las carencias del poblado, no es que le importara tanto, no es que limosneara ayuda, solo que no podía ignorarlo; todo pasaba en sus propias narices, era lógico hacerse esas preguntas, incluso llegó a pensar a ofrecer esas pieles de serpiente que vendía en aquellos tiempos flacos.

Se pregunto después: ¿Qué de malo tenía que llegara esa compañía minera? que ahora que se ha enterado que esa compañía invertiría en construir caminos e infraestructura de utilidad para todo el poblado pues no le parecía tan mala idea, que tal vez hasta un empleo le podrían dar, el conocía bien el terreno y sería de utilidad, incluso se aventuro a imaginar que en un caso su madre podría cocinar para los trabajadores que ahí estuvieran.

No pasaba mucho tiempo pensando en esas cosas, mientras tuviera trabajo en las jornadas no le importaba mucho, que si bien si guardaba cierto recelo de estos “manifestantes protectores de la tierra y patrimonios culturales” solo lo veía como una oportunidad en caso de que se vinieran tiempos difíciles.

Serían acaso premonitorios los pensamientos de Ramón que al paso del tiempo dejó de trabajar en las jornadas, bueno no solo el, sino todos sus compañeros incluido su padre, la cosa se puso mal, querían linchar al capataz, pobre aunque no paso a mayores si le dejaron uno que otro moretón en eso del forcejeo. Poco después se entero por rumores en el pueblo de Las puertas que su patrón vendió las tierras a la multinacional, que ahí construirían algo como un almacén para maquinarias y demás cosas que utilizaran.

Y así se vinieron los tiempos difíciles, Ramón tranquilizaba a su padre en sus momentos de desesperación -mira ya como construyeron el puente, verás como nos dan chamba o en todo caso hasta un negocito ponemos, con tanto trabajador: clientela segura verás- el señor se tranquilizaba un poco, y aun con cierta desesperanza decía:

-Pus nada más que los dejen trabajar todos esos manifestantes-,

-vas a ver que pronto se van ese hijos de su puta madre, que mejor deberían de ponerse a trabajar cabrones huevones.

En Ramón ya no había recelo hacia los manifestantes ya había un profundo resentimiento, y más después de aquel día en que sin mas por hacer y ya casi sin dinero que Ramón fue ofreciendo sus pieles de serpientes a los manifestantes.

Pinche inconsciente fue lo menos soez que le gritaron entre todo ese mar de insultos, se escuchó algún patán, muchos chingas a tu madre, varios pendejos.

Pinches fresitas putos -dijo Ramón a su padre al contar lo sucedido- que ya los quería ver a los cabrones viviendo aquí todos los días a ver si muy chingones, que se fueran a la chingada a sus casas elegantes que aquí nadie los había llamado.

El dinero nunca fue mucho y la espera se había alargado, si bien los manifestantes no se habían ido, la minera tampoco les había contestado sus solicitudes de trabajo, que vamos hasta siendo empleados de limpieza se daban por satisfechos, ya estaban pensando que no los contratarían si bien la esperanza muere al último, los ruidos de maquinas en las noches les confirmaban que estaban trabajando la mina aún con las protestas todavía en marcha.

Sus sospechas fueron confirmadas al poco tiempo, por un lado al enterarse que aquellas tierras donde antes trabajaban no fueron destinadas solo a un almacén sino también en condominios para albergar a lo trabajadores de la mina, además que se dieron cuenta que ese puente no les era de mínima utilidad, ellos no tenía carro, de ¿que les servía un bonito puente de concreto?, simplemente no fue hecho para ellos.

El dinero se casi se acababa, solo quedaba el suficiente para hacer lo que todos ya habían hecho y que ellos en su necedad no lo hicieron, siguieron así el camino que los demás ya habían tomado, se fueron por la sendera que conduce al norte, había que ir ligero, se dejaron mesas y muebles que parecieron haber sido clavados al suelo para quedarse ahí por siempre.

Al irse del pueblo pasaron por donde los manifestantes quienes aventaban huevos a una camioneta con la calca de la minera sólo algunos vieron la retirada. El padre de Ramón pasó de largo, cabizbajo arrastrando el paso como queriendo llamar la atención, como culpándolos, recerca lo seguía su mujer. Ramón siguió varios metros detrás de sus viejos, callado avanzando lento y dirigiendo miradas de fuego y dibujando con la boca un chinguen a su madre a los manifestantes indiferentes a la huída de Ramón.

Y así se fueron lentamente caminando, volteando de vez en vez como esperando que aquel pueblo suyo, al ver partir a sus hijos, les convenciera de quedarse a cambio de resarcir todo los inconvenientes, de disculparse por toda la indiferencia mostrada a aquellos que lo quisieron tanto. Pero aquel laberinto de calles empedradas y edificios de piedra permanecería inmóvil quieto, estoico ante la partida de su gente, de su alma diría yo, que es un pueblo sin gente sino un pueblo sin alma, por que al final del día cuando los demás regresen a sus casas elegantes el viento junto con la tierra se encargaran de llevarse los vestigios de ese desalmado pueblo.

sábado, 27 de junio de 2009

Y bailó


Hace muchos años cuando era niño, no recuerdo muy bien donde ni como, pero recuerdo que estaba yo escuchando una canción de los beatles -bueno en realidad no sabía que era de los beatles eso lo supe después- en fin la mentada canción me gusto de una manera no conocida para mi en ese entonces, en algún estribillo de la canción recuerdo que la piel se me puso chinita, que sentí una conexión inmediata -claro en ese entonces no tenía consciencia de eso hasta ahora- fue como si algo de ellos me perteneciera.

Y creo que algo en ellos me pertenece y no solo a mi ni solo a la generación de ellos, son tan universales que hay algo de ellos en todos nosotros, tal vez fue por eso que en el momento que oí decir algo a mi padre sobre su separación y sobre su imposible reunión por el asesinato de John Lennon que sentí algo que no había sentido nunca: zozobra y nostalgia. Creo que esto me hizo ser la persona que soy, la nostalgia y la zozobra son sentimientos que me acompañan constantemente.

No había sentido algo parecido hasta el jueves pasado, día en el que murió el célebre Michael Jackson, en un principio fue desconcertante este sentimiento, no creía sentir alguna empatía particular hacia el ni como vivo ni como muerto, si bien algunas canciones me gustaban, no era tanto como para que me afectara.

Fue hasta después que comprendí el por qué, me afecta en parte porque pertenezco a una generación carente de íconos tan fuertes como Michael Jackson, que los hemos tomado prestados de otras generaciones y además que en mi y en todos así como pasa con los beatles había algo de él. Otra vez esa universalidad, no concibo la música actual sin la influencia musical,del baile, mediática y de escandalo de este personaje que no tuvo infancia, enfermo en cuerpo y mente, que vivió la vida tormentosa de un genio y que tuvo como única salida de la realidad vivir de una manera enfermiza la infancia que nunca tuvo.

Que viva el rey...... del pop

Y descanse en paz si es que puede...

Ya bailó!!

lunes, 15 de junio de 2009

Carta a mi amigo el Charro


Siempre me has dicho que odias los estereotipos, que solo sirven para crear prejuicios, que los estereotipos predisponen a las personas a aceptar o rechazar, a hacer o no hacer. Lo que no me has dicho es que tu vives en uno, lógico, es decir, comprendo que no quieras caer en una contradicción, y se que no lo elegiste, que no es una moda pasajera, se que desde siempre solo has conocido esa forma de ser. Creciste así, con las tradiciones bien arraigadas, con lo charro en la sangre.

También te he visto en la escuela, de jeans y tenis, con tus libros bajo el brazo, cambiando tu sombrero por tu gorra, y haciendo lazos con las cintas de tus zapatos en vez de con la riata, te he visto burlar defensas y meter goles, así como lazar novillos y calar caballos. En fin hasta alguna vez te oí gritar We will rock you y a la hora siguiente gritaste Por tu maldito amor.

Pero nunca te había visto como aquel día, bueno, si ataviado en tu traje negro charro con adornillos metálicos, pero nunca tan erguido, con la mirada tan solemne bajo la sombra de ese amplio sombrero, mirando aun lado y al otro denotando cierto aire superior, como supervisando el evento montado en tu bello caballo grisáceo.

Tampoco te había visto tan apresurado por beber, supongo que el calor de ese sábado por la tarde hacía necesaria la rehidratación, cerveza tras cerveza te fuiste trasformando, trago tras trago la solemnidad se fue difuminando con el espectro de la embriaguez como el rojizo del atardecer que se opaca hasta tornarse en un azul obscuro.

Y con la obscuridad y los tragos vino la euforia, más aún cuando hiciste el “cambio de yegua” y cambiaste la cerveza por el tequila. También la neutralidad de tu acento cedió su lugar a un tono mas campirano, mas de pueblo.

Recuerdo como jaloneabas a tu amiga llevándola a toda prisa a la pista, bailando eufóricamente, exagerando los pasos, casi brincabas según recuerdo, también casi te caíste después de dar vueltas y vueltas, de no ser por tu amiga te hubieras ido de bruces.

Estabas instalado en tu papel, te vi muy a la Pedro Infante con tus otro dos amigos charros también, tus compadres, tus hermanos García los tres. Y aquella señora ¿recuerdas? Aquella regañona muy a la Sara García pegándote en la espalda mientras dabas otro trago al tequila. Y empezaste a cantar elevando tu sombrero con una mano y extendiendo la otra como invitando a tus otros dos compadres-hermanos. Y cantaron.

Después vino el bajón, vinieron las lagrimas, los te quiero y las promesas de unidad eterna, lealtad eterna, fiesta eterna. Ibas ya de bajada en la pendiente de la embriaguez, te tambaleaste y caminaste como caballo adiestrado, si como los de Antonio Aguilar, pero tú no eres caballo y no parecía elegante tu andar.

Cuando te diste cuenta ya era muy tarde, vi tu cara de confusión, con un ojo más pequeño y con una mueca en el rostro, ya no respirabas, más bien resoplabas, escupiendo de vez en vez, sentado ahí oscilando como péndulo hasta que la gravedad te venció y caíste de espaldas y también te venció el sueño y dormiste ahí medio sentado medio acostado, al aire libre dulce e intoxicado.

Me pregunto que habrás soñado si lo hiciste con el campo, los caballos, los charros y las adelitas, o con futbol, videojuegos y modernos celulares. Por las venas te corre sangre vieja con olor a tierra recién llovida, combustible de un corazón joven acelerado por los tiempos de hoy.

sábado, 13 de junio de 2009

Robot Orgánico (1)

Antonio se encarga de atender el cubículo tres de aquella dependencia gubernamental encargad de asuntos migratorios y el cual está destinado para la recepción y entrega de documentos, cada vez que alguien llega a realizar un tramite el recibe los papeles que varían en función del tramite por realizar, después de verificar que estos sean los suficientes y los indicados los sella de recibido en tinta azul y a su vez a la entrega los sella de despachado en la copia del documento en tinta verde.

Sobre el escritorio de su cubículo todo estaba dispuesto para realizar estas tareas, los dos cojinetes de tinta están hasta el borde y a la derecha, un poco más abajo una esponja mojada en agua; útil para humedecer los dedos índice y pulgar para contrarrestar la resequedad que provoca el continuo manejo del papel. Debajo del escritorio a su vez se encuentran dos cajones, el primero del lado izquierdo donde un empleado con mayor jerarquía coloca todos los días aquellos trámites que ya han sido aprobados, usualmente este cajón se encuentra aún por las mañanas vacío -el complicado y absurdo aparato burocrático dificulta la rápida y expedita autorización de los trámites- del lado derecho se encuentra el cajón en donde son puestos todos los trámites por autorizar y este por el contrario siempre se encuentra lleno.

Con estos implementos Antonio lleva a cabo su labor única desde el comienzo de su jornada hasta el final, los cinco días de la semana que se ve obligado a asistir al trabajo, una labor tan rutinaria capaz de volver loco a cualquiera. Podríamos suponer entonces una grandiosa fortaleza mental en Antonio, sin embargo la fortaleza de Antonio no se encuentra en un fuerte compromiso hacia el trabajo o una voluntad inquebrantable, mas bien su distraído pensar lo abstrae hasta cierto punto de la rutina y la hace soportable, Esto no siempre juega a su favor, de hecho su mente dispersa fue la razón por la que se le designó a la casilla 3.

Antonio ha laborado en esa oficina desde hace más de 20 años, cuando recién llegó ascendió rápido y escalo rápidamente por la cadena jerárquica, incluso llego a ocupar una de las oficina de hasta atrás, la del centro para ser preciso, hasta que un día a causa de su común distracción autorizó un pasaporte a un centroamericano que se había hecho de un acta apócrifa con el fin de facilitar su ilegal estancia en el país y su futuro paso por la frontera norte.

El asunto no llegó a más, con el arropo del sindicato Antonio conservó su empleo sin mas que haber recibido una buen regaño con gritos, insultos y golpes al escritorio incluidos, pero como no hay crimen sin castigo Antonio fue relegado a la casilla número 3, condenado a esa prisión sin barrotes, sin muros altos, sin cadenas, sin grilletes sin mas que el continuo y lento sometimiento de la rutina.

En un principio, cuando Antonio comenzó a trabajar en la secretaría llego con una actitud totalmente positiva, el siempre fue de carácter afable, amigable, de buen trato, por de más una persona feliz y dicharachera, incluso esta actitud fue en aumento conforme ascendía en el escalafón de la burocracia, todo hasta aquel día en el que fue relegado a su ahora cárcel.

La monotonía con la constancia de la gota que erosiona la tierra poco a poco fue quebrantando su entusiasmo, cada día era un recordatorio de cómo sus metas y ambiciones no cabían en lo posible mientras estuviese en el cubículo 3 y así también su entusiasmo y su voluntad desaparecieron bajo el sometimiento de la constante rutina.


Para su colmo, la casa de Antonio no es muy diferente a la oficina de la SRE, esta se ubica en las afueras de la ciudad, donde las rentas son mas baratas, es un cuarto rectangular con dos habitaciones al fondo cada una con una puerta y cada puerta equidistante una de la otra, una el baño, la otra el dormitorio, en la habitación principal solo se encuentra una mesa de plástico blanca de esas que las agencias refresqueras utilizan para sus eventos de promoción, hay además dos sillas igual de plástico que le hacen juego a la mesa, antes de la mesa pegado a la pared se encuentra un sillón de esos que pretenden ser señoriales, pero se hacen muy evidentes sus materiales sintéticos que nadie se vería engañado por su pretenciosa apariencia.

Frente del sillón esta una televisión vieja, pequeña y de muy mala recepción (lo que no importa ya que solo la prende para ver el futbol y siempre que lo ve se queda dormido; como arrullado por los comentaristas) y esta a su vez se encuentra sobre un librero repleto de ediciones viejas y algunos discos además de viejas libretas de aquellos tiempos de estudiante en la escuela de biología. De ese mismo lado izquierdo de la habitación y posterior al televisor se encuentra una pequeña estufa eléctrica con apenas dos calentadores sobre una pequeña alacena donde solo se puede encontrar café –pero eso si en variedad de envase: los cerrados, los vacíos, los medio vacíos, los medio llenos porque fueron abiertos a pesar que ya hubiera alguno más abierto- no había azúcar no le gusta. Cabe mencionar que Antonio no dispone de refrigerador; no lo necesita, por la mañana solo desayuna un café, de cena también y el solo pensamiento de acompañar su café con leche le provoca nauseas, también odia las frutas y al medio día come cerca de la oficina en alguna hora que se toma libre.

A diferencia de su oficina, en su casa el único orden que reina es el del caos, talvez en un intento de descansar de la ordenada y metódica rutina de su vida, o quizá solo sea un poco holgazán, su ropa tirada por doquier hace difícil saber cual esta sucia y cual limpia, los libros –no las ediciones viejas sino los nuevos, los que compra cada semana- se encuentran en todas partes, en su cuarto, el baño, el sillón y todos sin separador que nos permita saber que parte de esa novela de aventuras está leyendo, y esto es por que cada que vez, lee una diferente, mezclando cada historia con las otras formando así una sola historia , carente de cohesión y sentido.

La excepción tiene lugar los fines de semana que se toma el tiempo de salir al atrio de la iglesia –no es católico en lo absoluto pero es el lugar mas cercano con bancas donde sentarse, leer y tomar el aire, es el lugar donde aprovecha también para ver llegar a los asistentes a misa de la tarde y en concreto a aquellas jovencitas devotas que van a que con rezos y golpes de pecho Dios misericorde les regrese por mandato divino su sexo ya entregado –La cuestión es: ¿Acaso Dios tiene tiempo de atender a esas señoritas de doble moral?-.

Pero Antonio no discrimina y más aún es comprensivo de esa doble moral provocada por la lucha interna entre la fe y la tentación del placer; un continuo estira y afloja, así que podemos concluir que el se dedica a observar a las de botas, de zapatillas, con medias, sin medias, con falda o con pantalones; es decir a cualquiera con un par de buenas piernas (ah ¡resulta que Antonio si discrimina: a aquellas con feas piernas).

Además de estas ocasiones cuando sale al atrio, Antonio se queda en casa leyendo, o practicando sus habilidades musicales con un acordeón que recién compró, con el fin agregar una chispa de espontaneidad, en realidad tratando de demostrarse así mismo que es un hombre capaz de hacer cosas inesperadas, “el impredecible Antonio” se pensaba.

Pero el acordeón resulto ser un instrumento más difícil de lo esperado y después de una hora de empezar a practicar, se arrepintió de haberlo comprado, llego a pensar en devolverlo, pero no lo hizo, se auto convenció de que el acordeón resultaba ser un buen adorno para su casa en el caso de que invitara a alguien a tomar una tasa de café (¿Y qué más?), cosa que a lo largo de los últimos dos años no había ocurrido.

En los últimos fines de semana incluso aquellos largos con algún día libre de más Antonio casi no ha salido, se ha visto algo enfermo, débil; nada grave, ha seguido asistiendo puntual y maquinalmente al trabajo, pero se ha sentido lo suficientemente mal como para no salir a leer. La continua rutina talvez después de tanto tiempo por fin hizo mella en su cuerpo, los primeros síntomas fisiológicos de esa rutina que le ha carcomido la mente y el alma por tanto tiempo. Esa rutina ahora satisfecha de psique y voluntad prosigue con el dulce postre del cuerpo.

domingo, 24 de mayo de 2009

Novocaína para el alma


Generalmente la vida nos presenta una diversidad de circunstancias las cuales al superarlas nos suponen un aprendizade y más aún si estas circunstancias son de las del tipo dolorosas.

Si algo he aprendido de las que se me han presentado, es que en estas experiencias la carga emocional que se deposita en la persona se acumula y tiende a buscar una salida con el tiempo, además que hay diversas formas de asimilarlas, digerirlas y dejarlas salir.

Algunas personas se apoyan en sus creencias religiosas para superar estos eventos, otras recluyen sus sentimientos, los guardan y los dejan ahí hasta que los liberan de forma explosiva, otros por su parte aceptan o trantan de aceptar que las consecuencias de toda la cadena de eventos afortunados que suceden hasta llegar al hecho en cuestión a veces son muy desagradables.

Una de las formas más común de llevar a cabo esa catársis es por medio del arte,esa válvula de escape por donde fluyen los sentimientos y que además de un alivio para el alma ha sido el combustible para la creación de obras maestras.

Generalmente ese proceso de digestión emocional lleva algo de tiempo, incluso en ocasiones pueden pasar años antes de que los sentimientos estén listos para salir y tomar la forma de una melodía, una pintura, un libro.

Menciono todo esto por un caso en particular que me llamó la atención. Me encontraba escuchando una canción; no era ni rítmica ni armonicamente nostálgica pero la letra tenía un dejo de tristeza mórbida que me fue imposible desistir la tentación de conocer el background de esta canción.

La canción: cancer for the cure, Eels el artista. Practicamente una banda de un solo hombre, el genio: Mark Oliver Everett.

Hijo de una eminencia científica, Mark nunca tuvo la vocación científica, desde sus primeros años ya había decidido a dedicarse a la música influenciado por su hermana que tocaba el piano.

Despues de un disco como solista
A man called E
decidio cambiar de nombre a Eels y grabó My beautyful freak, un disco lleno de dulces melodías con letras llenas de desconcuelo y nostalgia, sin tanto éxito comercial pero aclamado por la crítica.

Fue durante y después del lanzamiento de este disco cuando comenzarían una serie de eventos desafortunados que marcarían la vida de Mark Oliver, y asi tambien a su música. En el mismo año del lanzamiento de my beautyful freak falleció su padre, poco después su hermana sesuicido y a su madre le detectaron cáncer de pulmón terminal todo en el transcurso de apenas 2 años.

Amén del sufrimiento inimaginable para mi por el que pasó Mark Oliver, el como lideó con toda esa carga emocional me intriga, el como logró plasmar todo ese sentimiento en su siguiente entrega electro shock blues y de la forma en que lo hizo, es decir, no se dejo llevar por la rabia que en lo personal sentiría al pasar por circunstancias de esa magnitud, si bien en el disco se percibe el dolor, éste está presente pero como digerido, meditado, asimilado.

Un ejemplo más de como lo que vale la pena escuchar va acompañado de sustancia, todo un proceso emocional, doloroso a veces, todo ese sentimiento que algunos prefeririamos enterrarlo esta en el artista corriendole por el cuerpo a la par de las ideas, ideas que al final salen expresadas, como una purga del alma. Letras desgarradoras con un ritmo jocoso como para recordarnos que a pesar de todo, la vida continua.


The kids are diggin' up a brand new hole
Where to put deadbeat mom
Grandpa's happy watching video porn
With the closed-caption on
And father knows best
About suicide and smack
Well, hee hee hee

Cancer for the cure
Cancer for the cure
Buckle-up and endure now baby
Cancer for the cure