domingo, 24 de mayo de 2009

Novocaína para el alma


Generalmente la vida nos presenta una diversidad de circunstancias las cuales al superarlas nos suponen un aprendizade y más aún si estas circunstancias son de las del tipo dolorosas.

Si algo he aprendido de las que se me han presentado, es que en estas experiencias la carga emocional que se deposita en la persona se acumula y tiende a buscar una salida con el tiempo, además que hay diversas formas de asimilarlas, digerirlas y dejarlas salir.

Algunas personas se apoyan en sus creencias religiosas para superar estos eventos, otras recluyen sus sentimientos, los guardan y los dejan ahí hasta que los liberan de forma explosiva, otros por su parte aceptan o trantan de aceptar que las consecuencias de toda la cadena de eventos afortunados que suceden hasta llegar al hecho en cuestión a veces son muy desagradables.

Una de las formas más común de llevar a cabo esa catársis es por medio del arte,esa válvula de escape por donde fluyen los sentimientos y que además de un alivio para el alma ha sido el combustible para la creación de obras maestras.

Generalmente ese proceso de digestión emocional lleva algo de tiempo, incluso en ocasiones pueden pasar años antes de que los sentimientos estén listos para salir y tomar la forma de una melodía, una pintura, un libro.

Menciono todo esto por un caso en particular que me llamó la atención. Me encontraba escuchando una canción; no era ni rítmica ni armonicamente nostálgica pero la letra tenía un dejo de tristeza mórbida que me fue imposible desistir la tentación de conocer el background de esta canción.

La canción: cancer for the cure, Eels el artista. Practicamente una banda de un solo hombre, el genio: Mark Oliver Everett.

Hijo de una eminencia científica, Mark nunca tuvo la vocación científica, desde sus primeros años ya había decidido a dedicarse a la música influenciado por su hermana que tocaba el piano.

Despues de un disco como solista
A man called E
decidio cambiar de nombre a Eels y grabó My beautyful freak, un disco lleno de dulces melodías con letras llenas de desconcuelo y nostalgia, sin tanto éxito comercial pero aclamado por la crítica.

Fue durante y después del lanzamiento de este disco cuando comenzarían una serie de eventos desafortunados que marcarían la vida de Mark Oliver, y asi tambien a su música. En el mismo año del lanzamiento de my beautyful freak falleció su padre, poco después su hermana sesuicido y a su madre le detectaron cáncer de pulmón terminal todo en el transcurso de apenas 2 años.

Amén del sufrimiento inimaginable para mi por el que pasó Mark Oliver, el como lideó con toda esa carga emocional me intriga, el como logró plasmar todo ese sentimiento en su siguiente entrega electro shock blues y de la forma en que lo hizo, es decir, no se dejo llevar por la rabia que en lo personal sentiría al pasar por circunstancias de esa magnitud, si bien en el disco se percibe el dolor, éste está presente pero como digerido, meditado, asimilado.

Un ejemplo más de como lo que vale la pena escuchar va acompañado de sustancia, todo un proceso emocional, doloroso a veces, todo ese sentimiento que algunos prefeririamos enterrarlo esta en el artista corriendole por el cuerpo a la par de las ideas, ideas que al final salen expresadas, como una purga del alma. Letras desgarradoras con un ritmo jocoso como para recordarnos que a pesar de todo, la vida continua.


The kids are diggin' up a brand new hole
Where to put deadbeat mom
Grandpa's happy watching video porn
With the closed-caption on
And father knows best
About suicide and smack
Well, hee hee hee

Cancer for the cure
Cancer for the cure
Buckle-up and endure now baby
Cancer for the cure

miércoles, 13 de mayo de 2009

Doctor virus y las conspiraciones miscelaneas



Hace algunos días iba caminando rumbo al trabajo cuando me encontré con un amigo, lo noté extraño, parecía inquieto, como preocupado, al instante supe por qué, me bastó con verlo usar el cubre bocas con el rigor de un cirujano en una operación de corazón abierto y peor aún lo usaba en una calle prácticamente desierta. De inmediato al acercarnos vociferé: "buenos días DOCTOR" haciéndome el chistoso, broma que no le hizo tanta gracia.

Después de un ¿cómo estás? y ¿qué has hecho? siguió una verborrea sobre la importancia de seguir al pie de la letra las medidas de prevención para evitar el contagio de esta influenza multinominal(demasiados nombres para una sola chingadera), es más, me dijo que no estaba demás exagerarlas un poco, que bien dicen que más vale pecar de exagerado que contagiarse.

Con una reprimenda y ya con algunos minutos de retraso me despedí de mi amigo con otro sonoro adiós DOCTOR que en esta ocasión si le causó risa

Algún tiempo después al ir a la tienda a comprar no sé qué, seguramente cigarros, la señora que atendía debo decir que con pinta de personaje comiquesco empezó por su propia voluntad una conversación en la que yo me limité a contestar varios "mmmm" algunos "Aah si verdad" dos "híjoles" y un "¿cuánto es?", ohh y también un "ajá".

Por supuesto que el tema fue esto de la influenza, ¿y qué más? si esto es lo que ocupa la atención de la gente, en fin después de que se quejó sobre la suspensión de clases, de lo molesto de usar tapabocas, de que no conocía a nadie contagiado, etc. (a esta altura comprendí lo que seguía y así fue) la señora me recitó las ya conocidas teorías conspiracionales, las mismas que se encargaron de llenar la bandeja de entrada de mi correo electrónico, que si el G7, que si Obama, que si las farmacéuticas y las que se junten.

Creo que es en este tipo de anécdotas, donde se dan pequeñas señales de como todo este flujo de información permea en los diferentes estratos de la sociedad, y de como esta cantidad excesiva de información irónicamente produce una gran desinformación.

Por un lado me resulta curioso como algunos ante el miedo se entregan al que se muestra como protector (Doctrina del shock), como gente en teoría preparada prefiere exagerar en precausiones y sufrir el sauna del cubre bocas.

Por otro lado reafirmo mi renuencia en creer y entregarme totalmente al regazo de las teorías de conspiración, y esto es básicamente porque aún cuando son totalmente creíbles (y me refiero a las teorías serias, como la doctrina del shock, nada de aliens por favor)son la escusa perfecta para hacer un lado las responsabilidades de ciudadano que cada uno de nosotros tiene, es decir; "que importa votar, que importa informarse, que importa al fin las corporaciones ya decidieron por nosotros".

El entregarse con ciega fé a estas teorias da la pauta a la pasividad ciudadana cuando lo que necesitamos es gente proactiva, consciente y bien informada de su labor como ciudadano. Esto de la ciega fé en estas teorías me vino a la mente al recordar a esta señora maldiciendo contra las corporaciones mientras me vendía unos cigarros que produce una multinacional.

¿Y qué hacer entonces ante tan desolador panorama donde los intereses del capital están priorizados a los de la sociedad en general? No se trata de alguna revolución socialista, y mucho menos a una resignación total, la respuesta a mi parecer esta en cada uno de nosotros, en nuestra consciencia y buena información, porque al final de cuentas nosotros somos que elegimos que y como consumir.

Estamos en un frenesí de consumismo que solo reporta ganancias a unos cuantos, y aunque es imposible dejar de consumir si podemos hacerlo de manera responsable.

miércoles, 29 de abril de 2009

Influenza además de contagioso, depresivo

Caras azules y blancas caminando por todos lados,los rostros, más bien los ojos inexpresivos de las personas solo obvian el estado de miedo que se vive en la ciudad, el usual barullo ha dejado su lugar al silencio y el acostumbrado ajetreo dio paso a la tranquilidad, una tranquilidad tenebrosa como de casa abandonada con sus ánimas penantes dando vueltas de un lado a otro, siempre con ojos diferentes pero cargados de la misma inexpresión.

El tiempo transcurre curiosamente lento y el ambiente esta cargado de cierta electricidad, solo la rutina, la que aún queda da ciertos indicios de normalidad.

Es curioso, me pregunto si todos tendrán esa cansancio mental que yo tengo, no puedo negar que cierta paranoia ha sembrado en mi cierto pánico, es cansado razonar todas las reacciones causadas por el temor que tengo.

Además siempre he tenido la necesidad de certidumbre, la falta de esta en ocasiones me estresa, pero ¿que pasa cuando la incertidumbre es en cuanto a todos los pequeños detalles?, estos que dabas por sentado, ahora resulta que debo poner atención en todas estas cosas que hacía de manera natural para tener cierta certidumbre de no contagio, por ejemplo que difícil es dejar de rascarse la nariz cuando toda la vida lo he hecho, incluso ya no tropiezo torpemente como lo solia hacer cuando me ponía a pensar en cualquier cosas dejando de prestar atención en el camino. Ahora toda mi atención esta puesta en donde pongo las manos y que hago con estas.

Todo esto conlleva toda una carga emocional (al menos para mi), mas allá de las obvias consecuencias de la situación actual, el estrés que genera vivir en un estado constante de miedo es sofocante, sofocante como el sentir sobre mi rostro mi propia respiración.

Incomodísimo resulta también el vivir todo el día con un trozo de tela sobre el rostro, y mas si este trozo de tela no ayuda mas que en lo mínimo para disminuir los contagios, pero la gente aún sabiéndolo lo usa, y lo hace al menos creo yo inconscientemente para el alivio de la mente, para el descanso mental,el sentir que tienes un poco de control sobre todo esto es liberador....

Así que, más por salud mental que por minimizar riesgos a usar cubrebocas...

Pero y para el estado de animo??

El estar en constante alerta además de resultar agotador, resulta muy pesado para el estado anímico de las personas, no habá notado la importancia del contacto humano hasta ahora que se nos restringe el saludo, el tan esencial beso y choque de manos seguro y eso afecta a las personas y se empieza a notar en lascalles, espero y conforme la normalidad regrese asi sea también el buen humor, por mientras a tratar de ser optimistas y no dejarnos ser presa del pánico.

jueves, 9 de abril de 2009

El viejo

Cierra la puerta me dijo, yo después de renegar un poco y después de un gruñido seco de mi padre la cerré, -hace calor- recuerdo que argumenté, pero ningún argumento es válido cuando el viejo no quiere que le entre más polvo a su ya polvorienta casa.

Como si le cupiera más pensé para mi mismo, y de inmediato como si las palabras hubieran sido pronunciadas y mi padre en una reacción reflejo me hubiera soltado un manotazo el remordimiento golpeo de seco mi nuca: es un anciano, recuerda que todos envejecemos -me reclamó el remordimiento- además después de tantos años de subidas y bajadas, de estiras y aflojas, la gente se hace de algunos privilegios, y tu tendrás los tuyos, puntualizó finalmente.

A pesar de los reproches de la consciencia no evitaba pensar en la excesiva condescendencia de mi padre hacia el viejo, me parecía hasta un poco servil y no es que fuera malo eso, no quiero ser malentendido, el punto es que mi padre era servil pero desde el sillón y sin dejar de ver la tele:

-Tráele una cerveza, llévale esto, llévale aquello-.

Tampoco es que me desagradara hacer esos pequeños favores, si el viejo me los pidiera los haría con gusto, pero me parecía como que solo fuera yo un instrumento de satisfacción de los deseos de mi padre (atender al viejo sin mover un dedo) cuando yo estaba ahí para la satisfacción de los deseos del anciano o así lo creía yo, talvez en realidad solo quería expiar algunas culpas haciendo mi parte en esto de la convivencia familiar, así como lo hacía mi padre con su servil y condescendiente conducta. Ahora ya no creo nada.

Por lo general disfrutaba mucho pasar tiempo con el viejo, más cuando él venía a la casa; mi casa siempre fue un lugar más limpio. Me entretuve tanto con sus pláticas interesantes, un poco atemporales, pero llenas de misticismo “rulfiano”, el anecdotario de un vendedor que anduvo de pueblo en pueblo ofreciendo sus mercancías.

Fueron muchas pero solo recuerdo una, y la acabo de recordar, había permanecido oculta allá a un lado de ese primer rechazo, de esa primera nalgada, como oculta entre los recuerdos que queremos evadir, de esos que tratamos de olvidar pero no podemos y solo pretendemos que los habíamos olvidado y al correr de los años hasta llegamos a convencernos de que los olvidamos, hasta que algo los hace volver, y los hace volver rápido golpeándote en la frente, como con la palma abierta, dejando esa sensación de aturdimiento.

Esa historia habla de un viejo, tan viejo como mi abuelo. El viejo Benjamín, Don Benjas para sus también viejitos amigos y para alguno que otro insolentón igualado que por venir del pueblo de Río Grande con sus libros esos de ideas locas sobre derechos sociales y bienestares comunes (o al revés) se sentían a la altura de Don Benjamín, que él vaya que sí sabía y sin haberse tragado toda la palabrería de los libros. Él que apenas y escribía su nombre se las había hecho todas consigo el muy viejo, el muy diablo.

El viejo que de la siembra todo lo sabía, el viejo que para el hierro también era bueno, es más dicen (según decía mi abuelo que decían) que hasta para la suerte charra era bueno, que calaba los cuacos como pocos y que la floreaba que si una chulada.

El viejo, Don Benjamín vivió bien, con austeridad pero digno, y a buena hora se encontró a Doña Lupita que como ninguna le amarró el pretal, lo montó y como no queriendo lo amansó. Se casaron y tuvieron varios críos, todos buenos pero para nada, por eso tempranito los mandó lejos pero no piensen mal los mandó a estudiar.

De esos que se van y no regresan así le salieron los hijos a Don Benjamín, pero no piensen que estaba triste el viejo, no, él mejor ahí solo que andar soportando a sus hijos estudiados que se lo quisieran llevar para la ciudad a morirse allá de algunas de esas “enfermedades que se inventan esa gente de la ciudad pa tener un pretexto pa morirse. Que pues ya estando harto pegarse un tiro no es tan malo”.

Triste cuando se le fue Doña Lupita que aunque le guardaba ciertos sentimientos por haberlo amansado cuando apenas era un potro alazán como el decía, fue quien lo cuidaba hasta de él mismo. Porque Don Benjamín tenía su carácter y su orgullo, que vaya y lo metieron en líos y Doña Lupita siempre estuvo ahí jalándole la rienda cuando apenas y se sentía sueltito.

Los años de soledad le curtieron la piel, el alma y el cuerpo, orgulloso que daba coraje y testarudo como él mismo. Y con la vejez vino la enfermedad. Poco a poco perdió la fuerza que le caracterizaba y perdió la movilidad en las manos.

Ya amargado el viejo, que si bien caminaba ya la mano no le podía para pegarse un tiro como el decía, ah! porque de que se quería morir se quería morir –ya pa que andar robando aire a los demás- y si le hubiera alcanzado la mano para jalarle al cuete ni para que seguir con el cuento.

Así murió el viejo: viviendo. Que bien decía que lo malo se paga en esta vida y se paga con más vida cuando lo que quiere uno es morirse, se dejó morir viviendo cada vez menos y vivió queriendo morirse cada vez más.

No esta de más decir que si bien el viejo Benjamín si se murió, se murió después de vivir muchos años, mas de los normales, no sé cuantos, esa parte si la olvidé, pero ahora se porque ese recuerdo llegó y me golpeó la cabeza.

Ahora veo al viejo, a mi viejo, queriéndose morir con hartas ganas, y veo a mi padre y veo que entiende que al fin entendí, y escucho al viejo contar las historias de su vida, capto entre líneas su voluntad de morir y su arrojo a morir viviendo, porque las que hizo las esta pagando con vida.

Y me veo ahí con mi padre desde el sillón dándole vida a quién no la quiere, a quién no le puede la mano para darse un tiro, y yo ahí también sirviéndole, limpiándole, echándole leña al fuego por extinguirse. Que pues ya estando harto darse un tiro no suena tan mal.

viernes, 27 de marzo de 2009

Coreografías (del hola al adios)

Algo de hace algunos ayeres......

Volteó la mirada buscando la correspondencia de la otra y pareciera ver o quisiera ver todo lo que complementaba sus características singulares, se sabía diferente a los demás o al menos el lo creía de esa forma, ¿era auténtico o no? talvez si, no había señal de pretensión en sus palabras, sus movimientos y sus actitudes, si acaso las razonables contradicciones de alguien de su edad, alguien confundido como todos los que se enfrentan a la incertidumbre del futuro. Se sabía incompleto, inexperto, inocente, ingenuo, se sabía a la vez capaz, coherente, se sabía diferente, auténtico.

Si bien algunos complejos de esos que echan raíz en la adolescencia a causa ya sea de algún método paternal poco ortodoxo o la inherente maldad de los adolescentes, aún permanecían arraigados, él se supo consciente de ellos y les restaba importancia, se diría que en cierta forma se recriminaba la presencia de estos.

La razón y el sentido común fueron herramientas que utilizaba frecuentemente, y frecuentemente era a la vez frío y algo calculador, no en el sentido en el que los villanos lo son en las películas, simplemente digamos que prestaba atención hacia donde iba a dar el siguiente paso.

El no sabía gran cosa de ella, había notado sus muchas virtudes; no era que la idealizara, simplemente ella poseía las mencionadas virtudes y no eran difíciles de notar, virtudes que había encontrado en diferentes personas pero nunca reunidas en una sola, y como su escepticismo le mandaba dudaba de estas virtudes, le parecían un poco imposibles, insostenibles en una sola persona.

Con el sentido del raciocinio a la mano, listo para emplearlo en cualquier situación y en ocasiones abusando de este uso (cuantas veces no se vio en acaloradas discusiones que terminaban girando en torno a la semántica dejando a un lado lo trascendental del asunto), el sabía que ella seguramente tendría defectos y seguramente no serían pocos, había aprendido a hacer a un lado a esa su ingenuidad latente, a esos aires de inocencia soñadora, que lo acostumbraban abstraer de la realidad t durante el rojo de un semáforo como en ocasiones a media conversación.

En ese momento no importaban esos defectos, sabía que no habría tiempo para estudiarlos, para aborrecerlos y si lo hubiera por obra y gracia de la santísima trinidad misma en la que el no creía, pues ya vería como arreglárselas. Lo que le interesaba en esos momentos (como su usual escepticismo le imperaba) era desentrañar ese misterioso combo de virtudes.

No se explicaba la perfecta coordinación de la caída de ese cabello con el esbozo de una sonrisa seguido por contundente argumento, parecía ensayado, como la obra que se ha interpretado infinidad de veces, tanto que termina siendo un movimiento natural. Trataba de esquematizar esa coreografía de movimientos, palabras, miradas sonrisas y posturas, y en el momento en que creía haber desentrañado esa secuencia para convertir el movimiento natural en uno mecanizado, lo sorprendía una improvisación en esa “recreación teatral”; una broma, un gesto, un movimiento, no sé, algo que complicaba la predicción del siguiente movimiento.

Vaya incertidumbre (insoportable incertidumbre), cada vez que alguna improvisación desbarataba las predicciones formuladas tenía que empezar de nuevo recreando en la memoria otra vez esa coreografía agregando los nuevos pasos de su “teatral” comportamiento, después lo analizaba y le asignaba una secuencia y formulaba así la siguiente predicción, y así lo hacia una y otra vez en un ciclo interminable de predicciones equivocadas. Al final terminaba frustrado y dándose cuenta de sus infructuosos esfuerzos de asignarle un orden lógico a la encantadora autenticidad de ella.

Fue así como este encanto postró un velo sobre él que lo cubrió en su humana totalidad, empezando por la cabeza llenándola de ensoñaciones fantásticas y disparates siguiendo por el pecho haciéndolo mas cálido, sensible y a la vez más vulnerable, hasta llegar a los pies cubriéndolos y quitándoles el frío que calaba hasta los huesos de esos días en aquel lugar encantado.

El rápido transcurrir del tiempo solo profetizaba una final donde la realización de su deseo no era una posibilidad, en cualquier caso el escenario más optimista era un fuerte abrazo, una despedida rápida y largo camino a casa.

Y así con el rápido devenir de las horas el momento llegó, ella se le iba aunque propiamente era él el que se iba, ella se quedaba. Fue en ese momento cuando su partida se hizo inminente. Ella se le iba como el agua que escurre entre los dedos, fue entonces cuando sintió la necesidad imperativa de sujetarla y llevarla con él, pero no lo haría, no podía hacerlo, no era razonable, eso sin tomar en cuenta que el encantamiento por el momento no era correspondido y pareciera que de esa forma permanecería. No había señal alguna de correspondencia, fue él por voluntad propia víctima de un enamoramiento unilateral.

Ya de regreso de ese lugar encantado, la distancia se acrecentaba y continuaría haciéndolo con el correr de los días, meses y años. A cada kilómetro la influencia del encanto parecía desvanecerse, el velo que lo cubría hacía ahora su recorrido en el sentido contrario, desde sus pies que se vieron por primera vez descubiertos desde el encantamiento y que ahora sentían el frío del aire que se colaba por una hendidura de la puerta del carro, frío también se volvió su pecho y a su vista le volvió la claridad y así también a su pensar, que ahora daba cuenta de ese corto enamoramiento, un tanto ingenuo, un tanto inocente, un tanto honesto, un mucho como él.

Sin embargo, debido a esa capacidad humana de recordar mediante la memoria y como el recordar es vivir, de vez en cuando volvía a sentir la calidez en su pecho y las fantasías y disparates volvían a su cabeza, recordaba y no podía evitar esbozar una sonrisa (una sonrisa de idiota según le decían), de aquellas que uno hace cuando les viene un recuerdo sobre los tiempos que no volverán, o al pensar sobre todas aquellas cosas que no fueron, pero que deseó que hubieran sido. Y en un instante el sonido de algún klaxon le golpeaba la cabeza justo para darse cuenta de que el semáforo ha cambiado a verde.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Un couch a la vez¡¡


La primera vez que escuché hablar sobre el couchsurfing inmediatamente captó mi atención, aún a distancia pude percibir que se trataba de un gran concepto pero no fue hasta que lo experimente que me di cuenta de la magnitud de este.

Para quién no tenga idea de lo que hablo me explico: couchsurfing.com es una comunidad virtual donde tienes como contactos posibles a desconocidos de todas partes del mundo, pero lo que la diferencia de las demás comunidades virtuales es que este contacto virtual en algún momento trasciende al contacto y la interacción personal, es aún algo mas complejo que eso, vamos poco a poco.

Cualquiera puede unirse a este sitio creando gratuitamente un perfil de una forma muy similar como otros sitios (Facebook, myspace, etc.), el punto clave de este sitio y lo que lo hace que trascienda es que tú como usuario te puedes ofrecer para tomar un café u ofrecer tu casa para hospedar a los viajeros y de la misma forma solicitar hospedaje en tus propios viajes.

Couchsurfing.com para lograr su propósito se vale de la mente abierta, de la confianza ciega en los demás y de la voluntad (nada es obligatorio) de sus usuarios, gente que abre las puertas de sus hogares a los viajeros para ofrecerles no solo hospedaje gratis sino también nuevas experiencias, hacer amigos y a veces hacerla de guias de turista, el conocer una cultura siendo partícipe de estas y no solo como observador como en el turismo convencional.

Como participante de este proyecto debo decir que es genial la convivencia sin prejuicios, el trato de ser humano a ser humano sin importar sexo, raza o creencias, he tenido la oportunidad de conocer a algunas de las personas mas interesantes, divertidas y creativas y también he tenido las experiencias mas enriquecedoras de mi vida.

Y porque toda esta emotividad y cursilería?? Pues sucede que hace semanas este sitio acaba de alcanzar la significativa cifra de un millón de usuarios, un couch a la vez vamos abriendo las puertas y mentes de mas personas en el mundo, y si esto ayuda a crear un mundo mejor pues continuemos un millón a la vez.

Así que un reconocimiento a este sitio y a la eficiencia con que su función de formar lazos entre los habitantes de este planeta tierra y a propiciar el entendimiento y a disminuir las superficiales diferencias que nos separan y confrontan es llevada a cabo. Así también un reconocimiento a todos los usuarios que con su buena vibra hacen que couchsurfing.com se conforme de casi en su totalidad de experiencias agradables.

Buena vibra¡¡¡

miércoles, 18 de marzo de 2009

Todo en su lugar correcto

Aproximadamente las 7 pm después de haber pasado parte del día caminando visitando los lugares que un provinciano como yo visita cuando va al DF y con solo 2 o 3 horas de sueño efectivo y tal vez por la espera de varios meses de la fecha anhelada, mi cuerpo se desparramo sobre la grada, al fin levanté la cara para ver con detenimiento el escenario y empezar a hacer cálculos (seguramente equivocados)sobre la distancia entre mi lugar y este escenario.Aun sin cálculos precisos pude atinar que esta distancia era enorme, me sentí decepcionado ya que había comprado el boleto más caro y estaba al doble de la distancia de gente que había pagado menos de la mitad que yo (aunque estaban de pie).

Fueron unos minutos de impotencia y frustración por lo malo del lugar para este tipo de conciertos hasta que por fin Kraftwerk inauguró la noche dispersando mi decepción con ese conjunto de sonidos electrónicos y voces sintetizadas,genial pensé en primera instancia, este fue mi primer encuentro con la música de estos tipos, me sentí como dentro de una consola de videojuegos ochentera, "los padres de la música electrónica moderna" había leído en no sé donde.

Toda una carga nostálgica para aquellos seguidores del grupo y que mejor forma de ponerte a tono para Radiohead que con unos freaks como estos alemanes(creo)muy cool¡.

La vejiga no aguanto y fui al baño en varias ocasiones, mi cuerpo se preparaba para la retención prolongada de líquidos, la situación así lo exigía, es impensable para cualquier fan el perderse el más mínimo de los fragmentos de este el llamado concierto de la década.

Y tal vez no era para menos, que mejor icono musical para esta generación deshumanizada, de robots y aliens, de apatía y zozobra que este quinteto de oxford.

Ya habían pasado por el mismo recinto figurones como U2, Rolling stones, Roger Waters y cía, etc., todos estos grupos que se han convertido en fenómenos multi generacionales. Y ahora tocaba a este icono noventero trascender a la multi generacionalidad (que palabrota, existe o la invente?).

Habían pasado ya 15 años desde su ultima visita en el 94 cuando se le consideraba un grupo de esos one hit wonders, nos tuvimos que conformar en ver la evolución de estos músicos desde lejos, incluso se rumoraba que debido a ciertas malas experiencias ya no volverían a estos lares.

De pronto comenzó, la espera había terminado, "15 steps" apenas comenzaba y la gente ya se había vuelto loca, cantando, brincando o solo gritando, la entrega de la gente fue completa como si después de todos estos años la gente liberara un sentimiento que fue guardado y acrecentado poco a poco.

Canción por canción el sonido desplegado por estos virtuosos fue envolviendo el foro sol, creando una atmósfera enrarecida de nostalgia, gutarrazos con harto delay, armonias depresivas y riffs contundentes fungiendo como el background de esa voz como de lamento de el buen Thome.

De repente me sentí inundado de ese sonido que hace que la piel se te ponga chinita y los sentidos se agudizen, estaba yo dispuesto a ser transportado en ese carrusel armónico que es radiohead, a veces arriba, aveces abajo, pero siempre sublime. Estaba ahí sin estarlo, flotaba entre las notas y después generaba en un grito las mías coreando "and fade out again" para seguir con un largo "Oooo".

Fui único y fui parte del todo, fueron ellos en mi y yo fui en ellos, toda una comunión. Everything in its right place y ahí estaba yo en primera fila asiento 18 más lejos que muchos, pero en mi lugar correcto.

Al día siguiente el segundo de sus conciertos memorable también; tocaron "creep" pero antes dijo Thome: Have a nice life..... eso solo puede significar dos cosas que no me atrevo a escribir......

Mención aparte lo escénico uff mas allá del bien y el mal.