Hay momentos, siempre ha habido momentos, y ejemplos bastan y hasta sobran. Homero para empezar relata el mejor ejemplo de la importancia de la relación entre el tiempo y el espacio. Homero, lo hace en Troya, así es, que hubiera sido de ese caballo de madera cargado de soldados si no hubieran estado en el espacio y el tiempo adecuado; es decir en el momento.
Pero el momento no trabaja para todos- para fortuna de muchos-, si no recuerden lo que le pasó a Napoleón en Waterloo marchando en contra de las fuerzas aliadas (holandeses, alemanes y británicos), o al mismísimo Tercer Reich al invadir Rusia en el crudo invierno Ruso.
Momentos hay y cuan burdos suenen esto ejemplos, sirven como herramienta introductoria a esto que viene. Es decir, este es el momento para esta catarsis. Dígase bien, una vomitada de mis mas profundos adentros:
Como agua que ha sido filtrada
Limpiada por rocas y siglos
De manantial la verdad ha sido hablada
Que de mi obra, no soy el que mueve los hilos
Que como a Roma todos los caminos
Fueron son y serán dirigidos
Sin reparo y expreso declaro
Que mis pasos siempre irán buscando tu mano
Incluso me fue revelado
Que sin conciencia ya he avanzado
Que ignorante con dragones he peleado
Y algún que otro mar ya he cruzado
Por que la senda que camino
No es ni corta ni expedita
Más tiene alegrías y desánimos
Y no tiene un fin a la vista
Pero aunque me tome varios lustros
Y se me consuma el corazón
A tu puerto va, dirigido por los vientos
Este barco, sin capitán ni timón
viernes, 18 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario