miércoles, 18 de noviembre de 2009

Chiquitas pero rinconeras.......ay!! la que siga


Sentado frente al balcón de mi departamento veo como lo que parecía ser un día despejado se convierte instantáneamente en un día de viento y lluvia, lío un cigarro, me preparo un té y automática mente busco en mi reproductor una canción de Bob Dylan, pero antes de pulsar play me detengo y recuerdo que tengo un compromiso con mi guitarra, una guitarra que no es mía en realidad y que me ha costado trabajo tocarla.

Después de tener la en mi regazo mientras me fumaba el cigarro empiezo tocar acordes al azar y poco a poco se empieza a formar una progresión armónica legible, pero la letra no termina de llegar.

***

Dublín, ciudad de contradicciones y desviaciones de la lógica, como cualquier ciudad que merezca ser querida, tiene esas dos propiedades que la hacen añorable, como New York(aún cuán burdo suene el ejemplo lo sostengo), como la ciudad de México, como el apacible San Luis Potosí o el mismísimo Río Verde de mi corazón. La naturaleza de este cariño no esta en los edificios viejos de ladrillo rojo, en las paredes de adobe o en las antenas que rayan el cielo, no está tampoco en lo cosmopolita que pueda ser, en el número de festivales musicales o cinematográficos que albergue, el producto interno bruto, población o cualquier medida comparativa, mucho menos en la calidad (en su totalidad relativa) de la gente y su candidez.

Está sin embargo en su capacidad intrínseca de hacernos sufrir, de arrancarnos una lágrima de dolor, de arrebatarnos una carcajada, de provocarnos un arrebato de furia, un “Puta madre” de frustración, una dependencia y un hastío, que nos recuerde experiencias y nos ponga delante de retos, que nos sacuda, que nos despierte algo de ese instinto de vivir ahora al parecer tan muerto…………

***

No hay comentarios: