
Generalmente la vida nos presenta una diversidad de circunstancias las cuales al superarlas nos suponen un aprendizade y más aún si estas circunstancias son de las del tipo dolorosas.
Si algo he aprendido de las que se me han presentado, es que en estas experiencias la carga emocional que se deposita en la persona se acumula y tiende a buscar una salida con el tiempo, además que hay diversas formas de asimilarlas, digerirlas y dejarlas salir.
Algunas personas se apoyan en sus creencias religiosas para superar estos eventos, otras recluyen sus sentimientos, los guardan y los dejan ahí hasta que los liberan de forma explosiva, otros por su parte aceptan o trantan de aceptar que las consecuencias de toda la cadena de eventos afortunados que suceden hasta llegar al hecho en cuestión a veces son muy desagradables.
Una de las formas más común de llevar a cabo esa catársis es por medio del arte,esa válvula de escape por donde fluyen los sentimientos y que además de un alivio para el alma ha sido el combustible para la creación de obras maestras.
Generalmente ese proceso de digestión emocional lleva algo de tiempo, incluso en ocasiones pueden pasar años antes de que los sentimientos estén listos para salir y tomar la forma de una melodía, una pintura, un libro.
Menciono todo esto por un caso en particular que me llamó la atención. Me encontraba escuchando una canción; no era ni rítmica ni armonicamente nostálgica pero la letra tenía un dejo de tristeza mórbida que me fue imposible desistir la tentación de conocer el background de esta canción.
La canción: cancer for the cure, Eels el artista. Practicamente una banda de un solo hombre, el genio: Mark Oliver Everett.
Hijo de una eminencia científica, Mark nunca tuvo la vocación científica, desde sus primeros años ya había decidido a dedicarse a la música influenciado por su hermana que tocaba el piano.
Despues de un disco como solista
A man called E decidio cambiar de nombre a Eels y grabó My beautyful freak, un disco lleno de dulces melodías con letras llenas de desconcuelo y nostalgia, sin tanto éxito comercial pero aclamado por la crítica.
Fue durante y después del lanzamiento de este disco cuando comenzarían una serie de eventos desafortunados que marcarían la vida de Mark Oliver, y asi tambien a su música. En el mismo año del lanzamiento de my beautyful freak falleció su padre, poco después su hermana sesuicido y a su madre le detectaron cáncer de pulmón terminal todo en el transcurso de apenas 2 años.
Amén del sufrimiento inimaginable para mi por el que pasó Mark Oliver, el como lideó con toda esa carga emocional me intriga, el como logró plasmar todo ese sentimiento en su siguiente entrega electro shock blues y de la forma en que lo hizo, es decir, no se dejo llevar por la rabia que en lo personal sentiría al pasar por circunstancias de esa magnitud, si bien en el disco se percibe el dolor, éste está presente pero como digerido, meditado, asimilado.
Un ejemplo más de como lo que vale la pena escuchar va acompañado de sustancia, todo un proceso emocional, doloroso a veces, todo ese sentimiento que algunos prefeririamos enterrarlo esta en el artista corriendole por el cuerpo a la par de las ideas, ideas que al final salen expresadas, como una purga del alma. Letras desgarradoras con un ritmo jocoso como para recordarnos que a pesar de todo, la vida continua.
The kids are diggin' up a brand new hole
Where to put deadbeat mom
Grandpa's happy watching video porn
With the closed-caption on
And father knows best
About suicide and smack
Well, hee hee hee
Cancer for the cure
Cancer for the cure
Buckle-up and endure now baby
Cancer for the cure